Fueron dos años de parón por la pandemia, dos años en los que las calles de la Ciudad Vieja no sufrieron la transformación a la que estaban ya acostumbradas pocos días antes de que empezase el mes de agosto, así que, los asiduos a la feria medieval se desquitaron durante estos cinco días, paseando entre los puestos de artesanía, participando en las actividades programadas, bajando a la plaza de María Pita para ver los espectáculos circenses y, sobre todo, estando en la calle, viviendo el ambiente de lo que siempre ha sido la Feira das Marabillas.

Espectáculo de la Feira das Marabillas, en María Pita. | // VÍCTOR ECHAVE

Los puestos de comida, los de artesanía y joyería recogieron ayer sus bártulos hasta el próximo año después de cinco días en los que no faltó de nada, ni música en las calles ni teatro en las plazas ni bebidas en los vasos y, sobre todo, no faltaron visitantes y clientes.

La Feira das Marabillas puso ayer punto final a su edición número 26, con gran afluencia de público después de dos años de espera, ya que desde 2020 no se había podido organizar en cumplimiento de las restricciones derivadas de la pandemia para evitar contagios de coronavirus.

Solo queda esperar hasta el próximo año para volver al Medievo en la Ciudad Vieja.