La Opinión de A Coruña

La Opinión de A Coruña

Escritora, reedita su obra ‘Dejadme marchar’

Begoña Peñamaría : “Dejadme marchar’ es un libro que ayuda a entender la muerte y a aprender a vivir”

“Era una forma de que otros vieran en mi hermano a un predecesor y no tuvieran miedo”

Begoña Peñamaría posa con su libro. | // CARLOS PARDELLAS CARLOS PARDELLAS

¿Qué supone para una escritora que se reedite una obra suya?

Si escribir es difícil, publicar es una odisea. Cuando eres una escritora local y estás arropada por una editorial pequeña, todavía es mucho más complejo. Dejadme marchar es un libro que ha dejado una huella muy profunda en el alma de muchas personas porque hay mucha gente que se siente identificada por el relato, ya que ha vivido o está viviendo situaciones parecidas y no es capaz de expresarlas. Cala muy hondo y me han llegado informaciones de que era muy difícil hacerse con un ejemplar y que lo vendían de segunda mano hasta por 150 euros. Por eso me puse en contacto con otra editorial e hizo una segunda edición que está teniendo mucha aceptación. Es un libro duro pero que al mismo tiempo está plagado de esperanza y de una realidad que aunque mucha gente prefiere no mirar, está ahí para todos. Para escribirlo me puse en la piel del protagonista, como si fuese la persona que estaba padeciendo la enfermedad para expresar lo que creo que estaba sintiendo.

Esa persona era su hermano.

Sí, está basado en un mazazo que nos dio la vida y nos la cambió para siempre, pero que de alguna manera nos hizo a todos un poco mejores y nos unió mucho. Nuestro dolor se amortiguó un poco, aunque la pérdida nos ha marcado profundamente, en especial a su viuda, a sus hijos y a sus padres. Sentí que Sergio no podía irse tan fácilmente y, aunque tardé tiempo, porque hasta siete años después de su muerte encontré las fuerzas para poder escribir el libro al sentir que no podía ser uno más.

¿Por qué eligió el titulo de Dejadme marchar? ¿Había quién no quería dejarle marchar?

Creo que él se aferraba a este mundo porque creía que si no lo hacía nos fallaba, cuando era consciente de que no había nada que hacer, pero todos vivimos un teatro ese tiempo porque decirle a una persona que se muere y que le quedan unos días es de una dureza muy grande. Los efectos de su enfermedad además eran terribles, ya que le impedían ingerir alimentos, por lo que se daba cuenta de que aquello se acababa y no sabíamos qué decirle.

¿Somos egoístas las familias en ese sentido?

Completamente, porque no queremos que se vayan, pero también protectoras porque no queremos que sufra más de lo debido y que sienta que estamos con él.

¿Se les puede achacar a algunos médicos que quieran mantener viva a una persona a toda costa?

En el caso de mi hermano fue todo lo contrario, ya que desde el principio las expectativas eran malísimas y se intentó todo, hasta que luego pasó a hospitalización a domicilio con unos profesionales como la copa de un pino que le dijeron una frase que no se me olvidará nunca: “Ya es suficiente Sergio, esto es mejor pasarlo dormido”. Mi hermano se resistió a la sedación durante unas semanas hasta que dijo adelante y tuvo la fortaleza de ir habitación por habitación de la casa para verla por última vez, bebió un vaso de agua, abrazó a mi madre y le dijo: “Esto es lo mejor para todos”.

¿Tenía una opinión sobre la eutanasia y cambió tras esto?

Esto no fue una eutanasia, sino una sedación propuesta por la Seguridad Social porque no podía salvarse y tenía unos dolores infinitos, pero estoy completamente a favor de la eutanasia porque si una persona no desea vivir, nadie puede obligarla a hacerlo. Y creo firmemente en Dios, pero hay cosas que la Iglesia promulga con las que no estoy de acuerdo.

¿Ha sido terapéutico para usted el libro?

Nos ayudó a toda la familia. Lo escribí para que nadie olvidara a Sergio, que tuvo una vida muy feliz. Era también una forma de que otras personas vieran en él a una especie de predecesor para que no tuvieran miedo. Han sido muchísimos los mensajes que me han llegado de todas partes de España para darme sus impresiones.

¿También ha sido terapéutico para ellas?

Claro, es que es un libro que ayuda a otros a entender la muerte y a aprender a vivir. Te hace entender nuestra propia fragilidad, ya que podemos morir en cualquier momento pero no nos gusta hablarlo ni pensarlo pero es la pura verdad. Si tienes interiorizado esto, cada instante de tu vida es una celebración y cada problema es una cosa muy relativa, ya que si no se sale por un agujero se hace por otro. El problema es cuando ya no hay agujeros.

Compartir el artículo

stats