La Opinión de A Coruña

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La inflación en A Coruña: La cesta de la compra se vacía

Los placeros admiten ventas “flojas” en los mercados y notan que los clientes “miran más los precios y llevan menos producto” a sus casas por culpa de la inflación | “A ver qué pasa después del verano”, comentan con dudas

la cesta de la compra se vacía en A Coruña

Los hábitos de compra han cambiado. Los paseos por el pasillo del súper o las visitas al mercado son más largas, porque se comparan los precios, pero la cesta va a casa más vacía. Lo notan los placeros y también lo revelan los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que informa que en Galicia el consumo ha bajado un 11%. Además, el gasto se redujo un 3%. Los hogares intentan ahorrar, pero no es fácil. El fantasma de la inflación se hace cada vez más grande. Sube el aceite, los lácteos y huevos, la carne, el pescado y hasta el café. “La gente lleva menos producto. Ya en verano lo notamos, porque hay más turistas y mucha gente está fuera, pero ahora compran menos”, comenta Cristina Rodríguez desde un puesto del mercado de San Agustín, donde nota que “los clientes dan más vueltas, comparan y buscan dónde está más barato”.

La cesta de la compra se vacía Ana Carro

Esta es una de las formas de hacer frente a una inflación de récord. El Índice de Precios de Consumo (IPC) aumentó un 11,5% en Galicia en julio, según los datos que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), por encima de la media española. Es la mayor inflación en la comunidad desde septiembre de 1984. “Subió todo”, resume el carnicero Ramón Martínez. Ha notado cambios en sus clientes, que “llevan cosas más baratas”. “Como el raxo. Lo llevan muchos. Estas semanas tengo en el expositor chuletitas de ternera y eso no es normal. Antes se agotaban. Ahora sobran, son más caras”, explica.

La cesta de la compra se vacía Ana Carro

Cualquier persona que haga la compra nota el incremento de los precios. Es, además, uno de los temas de conversación más repetido en las colas del supermercado. Los datos están ahí: los precios del aceite han aumentado un 56% desde principios de 2021, mientras que los cereales se han encarecido un 17%, los lácteos y huevos, un 16%, y la carne, un 10%. Esta tendencia ya se empezaba a notar el año pasado, pero se ha agravado con la guerra de Ucrania. “Las ventas están muy flojas. La gente se tira a lo económico y a estirar el producto al máximo. Me piden que de una pechuga de pollo saque cinco o seis filetes. La cosa está muy fastidiada”, opina la placera de San Agustín, Luisa Mosquera, que va a dejar de encargar conejos “porque no se venden”. “Están muy caros”, añade.

La cesta de la compra se vacía Ana Carro

En su puesto de pescado y marisco en San Agustín, Ángeles Rumbo reconoce que sus precios “no han subido desde hace seis años”, pero eso no le ayuda a esquivar esta crisis. “Los clientes llevan menos producto y se fijan más en el precio”, dice, y apunta que está siendo “un verano muy light”, aunque su compañera Cristina matiza que “los turistas franceses sí compran”.

Las placeras exponen que “los mejores días son los sábados”, aunque “los martes también hay muchos visitantes” en el mercado de San Agustín. Sin embargo, todas coinciden en que esto no ha hecho más que empezar. Se preparan para el vendaval. Según los datos del INE sobre Galicia, alimentos y bebidas no alcohólicas alcanzaron el nivel más alto desde el comienzo de la serie histórica en enero de 1994, con una tasa que se disparó al 13,5%, seis décimas superior a la del mes pasado. El INE explica que el encarecimiento de estos productos se debe al comportamiento de los precios de la carne y la leche, quesos y huevos, del pan y cereales, y de las legumbres y hortalizas. ¿La tendencia se mantendrá? “Dicen que la vuelta al cole va a ser más cara que el año pasado así que no sé qué va a pasar en septiembre porque siempre es un mes difícil para nosotras”, reflexiona Luisa Mosquera.

Un estudio del Banco de España indica que “la evolución futura de los precios de los alimentos está sujeta a una elevada incertidumbre. Si bien las previsiones disponibles, tanto de instituciones como el Banco Mundial como de los mercados de los futuros alimenticios, apuntan a una cierta tendencia a la baja en los próximos años, la continuación del conflicto derivado de la invasión rusa en Ucrania seguiría ejerciendo presiones alcistas sobre estos precios, tanto directas como indirectas”. Sin embargo, Ángeles Rumbo prefiere no mirar más allá, porque ya está siendo “un verano complicado”. “No me quiero imaginar cómo va a ser después”, dice, preocupada esta placera, con el expositor aún lleno, como muchas de sus compañeras. Son las nuevas imágenes de mercados y pequeños comercios, dispuestos a luchar en un nueva batalla para que la cesta de la compra deje de estar vacía.

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