Minutos antes de las diez de la noche, había ya accesos a María Pita cortados y las personas que querían ver a Luis Fonsi en concierto tuvieron que conformarse con quedarse cerca. Fuentes municipales indicaron ayer que habían acudido a la plaza 30.000 personas y que se había quedado mucho público fuera porque ya no entraba nadie más.
No fue problema para quienes querían escucharle cantar, lo de verle ya se ponía más complicado, aunque nada que no pueda solucionar el zoom del móvil enfocando a las pantallas gigantes para saber qué está pasando en el escenario y fuera de él, porque hubo de todo, confeti, humo y también luces que simulaban chispas.
La cuenta atrás para que Fonsi saliese al escenario empezó a las 22.08 y el público coreó con nervios de 40 a cero porque el tiempo jugaba a la contra y es que, en cualquier momento se podía poner a llover, como efectivamente pasó a mitad del show, cuando iba a entonar Perdóname, de Camilo Sesto.
Entre la tercera y la cuarta canción, el cantante y actor puertorriqueño le prometió al público que haría “todo lo posible” para que la de ayer fuese “una noche perfecta” y le avanzó que cantaría “todo tipo de canciones”. “Si falta alguna, la cantamos también”, comentó antes de preguntarle a la plaza si había “gente romántica” entre el público de A Coruña. Por supuesto, recibió un sonoro “sí” de las personas que le habían esperado durante horas y horas y también de los recién llegados.
Una de las sorpresas de la noche la dio la cantante coruñesa Miriam, que se subió al escenario para acompañar a Fonsi en la canción Imposible. “Aún con la lluvia, la música no la vamos a perder”, comentó Luis Fonsi, en la parte final del concierto, cuando algunas personas optaron por irse, pero muchas más quisieron quedarse para escucharle cantar, entre otros temas, Yo no me doy por vencido, con la que dejó de llover, Échame la culpa y, por supuesto, Despacito.