La Opinión de A Coruña

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Los retos se alcanzan escalando

El escalador ciego Guillermo Pelegrín comparte jornada con los chicos de la Agrupación de Montañeros Independientes a los que enseña que “los límites se los pone solo uno mismo”

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Escaladores sin barreras en A Coruña VICTOR ECHAVE

Acaba de salir de hacer surf y espera al autobús. Cuando uno se acerca, pregunta al conductor si su parada está en el recorrido. La respuesta es afirmativa. Se sube. Esta vez no podrá descansar después de comer, pues al escalador ciego Guillermo Pelegrín le toca compartir tarde con los niños de la Agrupación de Montañeros Independientes (AMI), en su sede en la calle Padre Sarmiento. Les habla de su experiencia, de sus logros, los retos que aún tiene por delante y, sobre todo, los anima a disfrutar del deporte. Sobre todo a aquellos como Guille, su tocayo, y Emily, que también son ciegos y que encuentran en la escalada un espacio de diversión y compañerismo. “Este deporte se puede adaptar muy fácilmente. Además, es muy gratificante. Somos como una persona bajita que tiene que subirse a una banqueta para coger algo en una estantería. Nada más. Yo siempre digo que los límites se los pone solo uno mismo”, comenta el escalador madrileño.

Toda su familia es de Galicia, aunque él es de Madrid, así que cuando recibió la llamada del AMI, no dudó en unirse al plan. “Me recuerda mucho al rocódromo donde yo empecé. Ahí hay muy buen rollo. Además, tienen proyectos sociales, de inclusión, y a mí eso me interesa mucho porque estudio trabajo social. En cuanto entré ahí, ya tenía a cuatro chicos de mi edad guiándome”, relata, contento, tras tres jornadas visitando las instalaciones.

Es una inspiración para los chavales. Pero, además, Pelegrín ve en el pequeño Guille una parte de él, de aquel niño que quería ser como los demás. Y lo era. Lo sigue siendo. “Yo hago surf, escalada, esquí e hípica. El deporte es una manera súper inclusiva de integrarnos. Lo podemos hacer todos”, expone, aunque reconoce que muchas veces se encuentra con algún curioso que le pregunta “¿pero eres ciego?”. “Sí, y puedo hacer todos esos deportes”, añade.

Guille Pelegrín, segundo por la izquierda, posa con el pequeño Guille y con miembros de AMI VICTOR ECHAVE

Su visita a AMI le ha hecho mirar atrás y hacer balance de todo lo que ha ganado gracias a la escalada. Y no habla de medallas, a pesar de que se colgó la medalla de bronce en la Copa del Mundo de paraescalada que se celebró en Suiza hace unos días. “El deporte me ha aportado valores de respeto, compañerismo, juego limpio y preocuparse por los demás. Yo sé que los deportes que hago son individuales, pero cuando tienes una discapacidad, necesitas a alguien que esté contigo y te guíe, entonces se crea un vínculo que es como un equipo”, detalla Guille Pelegrín, que en los próximos meses competirá en el circuito nacional de escalada.

Sin embargo, sus objetivos van más allá de la competición. “Yo quiero seguir entrenando y dar lo máximo de mí. Me centro, sobre todo, en pasarlo bien, disfrutar de los entrenamientos y darlo todo”, resume el escalador, que destaca que la implicación de las familias es muy importante en esta escalada hacia el éxito. “En el caso de Guille, veo a mis padres muy reflejados en los suyos. Quieren que su hijo vuele, que sea feliz. Y eso es lo que hay que hacer. Luego, cada uno que encuentre su camino”, reflexiona. Sin embargo, entiende que la vida son etapas y no que siempre son fáciles. “Es normal que las familias tiendan a la sobreprotección. Es algo por lo que todos tenemos que pasar. Luego llegas a la etapa de la aceptación”, desvela.

Las redes sociales, el puente para conectar con otros escaladores

Guillermo Pelegrín utiliza su Instagram como un diario de aventuras. Publica fotografías de sus entrenamientos, competiciones y logros pero, además, esta aplicación le permite conectar con otras personas en su misma situación. “Es una herramienta muy útil. Así conocí a Guille. Un rocódromo de Ourense me habló de él y contacté a su madre por Instagram”, recuerda. El deportista asegura que “la escalada no tiene mucha visibilidad dentro del mundo de los ciegos”, así que este es también un escaparate. “Te suelen decir que, por ejemplo, hagas atletismo, porque es uno de los deportes más fáciles de adaptar”, cuenta el joven, que confiesa que la escalada tiene muchos beneficios. Por eso le gusta tanto conocer a apasionados de este deporte, como él. “Mi entrenador me pasó el Instagram de una chica ciega que también hace escalada para contactar con ella”, dice Pelegrín, que comparte equipo con “personas que no tienen discapacidad, con un amputado de una pierna y con una que tiene una parálisis cerebral”.

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