La Opinión de A Coruña

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Emalcsa valorará restringir el consumo de agua a principios de octubre si la sequía persiste

El embalse de Cecebre se sitúa al 60% de su capacidad, la cifra más baja en diez años a estas alturas, y aunque permite “holgura”, la empresa de agua sopesa añadir el aporte del lago de As Encrobas si baja al 30 o el 40%

Un ciclista cruza en embalse de Cecebre. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

La sequía que ha sufrido A Coruña y su comarca en los últimos meses podría llevar a la compañía suministradora de aguas, Emalcsa, a tomar medidas adicionales para asegurar el abastecimiento al área metropolitana. El embalse de Cecebre se encuentra al 60% de su capacidad, una cifra que, si bien permite “holgura”, firma la cantidad más baja en, al menos, los últimos diez años. Es incluso menor que la registrada en el mismo mes en 2017, uno de los años más secos que se recuerdan en el área. “En 2017, a estas alturas, estábamos a un 62 o 63%. Este año venimos de una primavera seca, el caudal es bastante bajo”, explica a este diario el director general de la empresa, Jaime Castiñeira.

Unos datos que podrían obligar a Emalcsa a recurrir a su “plan B”, esto es, extraer agua del lago de Meirama, en el valle de As Encrobas, para garantizar el abastecimiento de A Coruña y su área metropolitana. Lo hará si las reservas del embalse de Cecebre descienden hasta situarse entre el 30 y el 40% de su capacidad.

Una alternativa a la que la empresa municipal espera no tener que acogerse. “El año 2017 nos acercamos a ese 40%, pero tampoco fue necesario recurrir a ese plan, porque antes se toman otras medidas y restricciones. Tenemos la suerte de tener ese plan B, que otros concellos no tienen”, asegura Castiñeira, que advierte de que el “efecto verano” repercute considerablemente en las reservas de los embalses, que se ven más exigidos que el resto del año. “El verano incrementa los consumos, porque hay más riegos, está el llenado de piscinas... influye mucho”, señala. Con todo, el bajo nivel del embalse para las fechas mantiene en alerta a los responsables de la Emalcsa, que estudian los plazos para aplicar medidas y restricciones adicionales en el caso de que la climatología no varíe.

Con toda una semana por delante sin previsión de lluvia, en la empresa prefieren estar preparados. “Al ritmo que vamos, si no vemos cambios a nivel climatológico en quince, veinte o treinta días, empezaremos a estar preparados ante cualquier eventualidad de cara a principios de octubre”, calcula Castiñeira, que, no obstante, confía en que la lluvia llegue antes de tener que poner en marcha algún tipo de restricción. “De aquí a finales de mes debería llover. Para que se llene el embalse necesitamos que llueva durante unos cuantos días, porque tienen que volver a humedecerse los terrenos”, explica el director general.

Las medidas que la compañía podría tomar en el caso de que el abastecimiento de la ciudad y su comarca se viesen comprometidas no son nuevas, pues ya se ensayaron en otros años secos. Tampoco son ajenas en otros concellos del sur de Galicia, donde ya se han visto obligados a ponerlas en práctica para paliar las consecuencias de la ausencia de lluvias. “En 2017, los concellos de A Coruña y su área tuvieron que editar bandos de prohibición y limitación de riegos y de llenado de piscinas. Se hizo un llamamiento a la población para bajar el consumo. No fue necesario recurrir a Meirama porque en octubre llegaron las lluvias”, ejemplifica Castiñeira, que no descarta que este año haya que tomar medidas similares si la situación se prolonga, entre las que se cuentan limitar el riego o el funcionamiento de las fuentes y las piscinas públicas.

Castiñeira incide también en la importancia de la “responsabilidad individual” en cada uno de los hogares del área a la que abastece el embalse para limitar el consumo y garantizar así el suministro de agua para cubrir todas las necesidades. El embalse de Cecebre surte a alrededor de 450.000 habitantes de A Coruña y los ayuntamientos del área metropolitana. “Si cada persona ahorra un litro, son 450.000 litros ahorrados. Es una población muy elevada, que conjuga industria y segunda residencia. Debemos hacer este llamamiento”, aconsejaba ayer Castiñeira ante los micrófonos de la emisora Cope Coruña.

El director de la empresa definió medidas individuales al alcance de todas las rutinas, tales como cerrar el grifo al afeitarse o lavarse los dientes, optimizar las lavadoras o los riegos, como útiles y necesarias para paliar las consecuencias de un año seco. “Son cientos de miles de metros cúbicos que hacen extender esa garantía de consumo aunque no llueva. No podemos caer en la tranquilidad de pensar que tenemos un aporte complementario”, recomienda.

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