La Opinión de A Coruña

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La Xunta prevé resolver las oposiciones de A1 y A2 antes de 2023 tras más de un año de espera

Hay candidatos que saben que tienen plaza, pero no han tomado posesión de ella, por lo que no pueden trabajar | Algunos opositores esperan por el concurso de méritos

Opositores, en 2021, durante un examen de la Xunta, en Silleda . | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

La Consellería de Facenda e Administración Pública afirma que los procesos de oposición para puestos de A 1 y A 2, que comprenden desde técnicos generales de la Administración hasta educadores sociales, y cuyos exámenes se realizaron en 2021, se resolverán antes de que termine este año. Así lo avanzaron fuentes de la Consellería de Facenda a preguntas de este diario, después de la publicación de los casos de dos mujeres que, como tantos otros compañeros, llevan más de un año pendientes del Diario Oficial de Galicia y de la página web de Función Pública, para ver si su proceso de oposiciones ha avanzado.

En el caso de las oposiciones a educador social, que llevaban sin convocarse más de una década, los candidatos que aprobaron el examen desconocen si tienen o no plaza, ya que no se ha resuelto la fase de concurso. El examen lo hicieron en marzo de 2021 y las notas las supieron tres meses después. Desde entonces, nada de nada. Los méritos de cada uno no han sido valorados, por lo que no se han configurado las nuevas listas. El proceso del cuerpo superior de Administración Xeral está más avanzado, pero tampoco finalizado ya que, si bien los aprobados salieron en el boletín oficial en julio de este año —su último examen fue en junio del año pasado—, todavía no han tomado posesión de su plaza, así que, no han empezado a trabajar.

La Consellería de Facenda explica que esta dilación en los plazos —ya que algunas de las convocatorias ofertaban plazas de los años 2017 y 2018— tiene que ver con la irrupción de la pandemia.

Uno de los motivos que la Xunta alega es la suspensión de los plazos de los procedimientos administrativos, que se decretó en marzo de 2020, al amparo del estado de alarma; “la necesidad de concentrar en el tiempo pruebas que se tendrían que haber celebrado de manera espaciada de no ser por la pandemia”, priorizando que los procesos celebrasen, por lo menos, su primera prueba. También “la necesidad de celebrar pruebas adicionales en fechas posteriores para los aspirantes que no pudieron concurrir a la fecha inicial” por tener coronavirus o por estar en cuarentena.

También consideran que fue una dificultad conseguir “recintos con capacidad para albergar procesos de concurrencia masiva dado que también se estaban empleando para los procesos de vacunación” y que los sindicatos solicitaron que no se hiciesen exámenes durante las olas de contagio. Sin embargo, ninguna de estas razones explican la tardanza en la baremación o la adjudicación de las plazas.

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