La Opinión de A Coruña

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La realidad de los bajos comerciales de A Coruña: renovarse o morir

Más allá de los negocios tradicionales, estos espacios vacíos inician nuevas vidas como viviendas de uso turístico, locales de ensayo o lavanderías

Fran Martínez y Roberto Lameiro Carlos Pardellas | Casteleiro

Los bajos pueden ser muchas cosas. Cualquier persona ha ido a la frutería, a la carnicería, a la zapatería o a una tienda de ropa ubicada en la parte inferior de un edificio. Forman parte de la rutina. Pero estos espacios tienen vida más allá del comercio tradicional. Los bajos se renuevan, revitalizando los barrios y eliminan problemas de suciedad y abandono. Hay muchos ejemplos. A Coruña tiene a pie de calle viviendas de uso turístico, locales de ensayo, lavanderías, establecimientos de limpieza de mascotas y hasta trasteros. “Un bajo vacío es traumático no solo para el edificio sino también para el barrio porque se convierte en objeto de pintadas y suciedad. Además, oscurece la calle. Dinamiza mucho tener los bajos con actividad”, analiza la vicepresidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de A Coruña, Patricia Vérez.

Fuentes municipales señalan que antes de verano había 451 bajos vacíos en la ciudad, 210 menos que los que había en 2021, aunque Marea Atlántica apunta que la cifra hace un año era de 755. “Es muy difícil saber el número realmente. Probablemente sean más porque muchos están sin cartel ni anuncio”, detalla Vérez.

¿Qué se puede hacer con ellos? ¿Cuál es su futuro? Hay emprendedores que lo tienen claro y que han puesto en marcha sus cabezas hasta llegar a la idea perfecta. Las viviendas de uso turístico, por ejemplo, están en auge, y ciudades como Santiago quieren implantar una normativa para que solo se puedan abrir a pie de calle. “Desde el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria propusimos a la Xunta que relaje las normas de habitabilidad para que los bajos puedan ser viviendas. También se necesita que los ayuntamientos agilicen las licencias”, expone la vicepresidenta de la entidad, que asegura que esto “evitaría conflictos” con los vecinos y, a su vez, revitalizaría la calle. “Muchos pisos se destinan a turismo en detrimento del alquiler tradicional. Aquí hay un problema”, destaca.

Para Patricia Vérez, una plataforma que reúna toda la información sobre bajos vacíos es clave para su recuperación. A Coruña tiene una, pero está sin actualizar desde mayo. Marea había propuesto el programa Mover os baixos para crear una bolsa pública de locales disponibles, promover la compra por parte del Gobierno local de bajos y poner en marcha una subvención para nuevas actividades en locales en desuso. La vicepresidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de A Coruña insiste en la importancia de que “emprendedores dispongan de información sobre alquiler de locales” para llevar a cabo sus proyectos. “Una calle sin locales es una calle oscura. Hay que dinamizar los barrios”, concluye.

Bajo vacío en A Falperra CARLOS PARDELLAS

Una inversión para revalorizarlos

La inmobiliaria Rentaloo señala que se están haciendo “reformas” en locales de Monte Alto y A Falperra, que han sufrido la caída del comercio de barrio

Intentar buscarle una nueva vida a los locales comerciales de los barrios es una de las preocupaciones de los dueños de los bajos cuando llegan a la inmobiliaria Rentaloo. Se plantean varias opciones, una de ellas es que alguien los alquile para montar un negocio, pero otra es convertirlos en vivienda. El director comercial de Rentaloo, Sebastián Valdés, explica que no siempre es posible, ya que las viviendas han de cumplir con unas condiciones de habitabilidad que no siempre es posible conseguir, porque, en ocasiones, son bajos que tienen dos puertas, una de entrada y otra de salida, o con unos techos demasiado altos.

“En los barrios de Monte Alto y en A Falperra están haciendo bastantes reformas de este tipo. Los locales están vacíos porque el comercio de barrio ha caído mucho y, debido al alto precio de la vivienda, deciden hacer este cambio de uso y así, maximizan el patrimonio y consiguen más rentabilidad con el alquiler de un piso que con el de un local comercial”, relata Valdés, que explica que, en este campo, hay inversores que deciden comprar bajos para reformarlos y hacer viviendas para alquilar durante todo el año o bien para venderlos a un precio más alto del que lo han comprado, ya que el precio del metro cuadrado de un local comercial es mucho más bajo que el de la vivienda.

A pesar de lo que se podría pensar, de que serían las personas mayores las más interesadas en este tipo de pisos, por evitar obstáculos a la hora de salir a la calle, son los jóvenes los que más se inclinan por esta bolsa de alquiler. 

“Es un concepto más urbanita, la gente mayor está acostumbrada a vivir en pisos de más altura y tiene la idea de que un bajo no es tan seguro, aunque no es cierto, porque la gran mayoría tiene puerta blindada y cuenta con buenos sistemas de seguridad”, describe Valdés

En su experiencia, son los barrios de Monte Alto y de A Falperra los que más están viviendo esta transformación de que los bajos comerciales se conviertan en pisos. “A Falperra es una alternativa para la gente que quiere vivir en el centro, pero a un precio más reducido”, apunta Valdés, que incide en que no se puede generalizar con que el alquiler de un local reconvertido en vivienda sea más barato que un tercero en el mismo barrio porque el precio “depende de las calidades utilizadas en la transformación”, aunque “normalmente” sí que son más económicos.

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