La Opinión de A Coruña

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O Castrillón se planta ante el abandono

Vecinos de la zona se concentrarán por el abandono de un solar en José María Hernansáez, que el Concello expropió en 2018 para un ‘parking’ y que tienen que limpiar ellos mismos

Maleza que brota en el solar de la calle Hernansáez. Víctor Echave

Los vecinos de O Castrillón quieren un barrio limpio, seguro y agradable para vivir y pasear. Es por eso que a los residentes de la calle José María Hernansáez han dicho basta y han decidido tomar cartas en el asunto para protestar por el estado de abandono que presenta el solar que une la calle con la avenida de la Concordia. Denuncian que llevan al menos cinco años solicitando al Ayuntamiento que pase a valorar la zona para acometer una posible limpieza. Los residentes, que ya se han concentrado en otras ocasiones hace años, volverán a manifestarse el próximo miércoles, día 21, al mediodía delante de los terrenos abandonados.

La última vez que se manifestaron fue en 2017, tras lo que el Gobierno local exigió a los propietarios que acometieran la limpieza y la desratización de la zona, al tiempo que aseguró que la parte del terreno que es propiedad municipal sí había sido acondicionada.

Un año más tarde, la Junta de Gobierno Local aprobó la expropiación de la parcela, que se hallaba sin uso desde hace décadas, con el objetivo de dedicarla a la construcción de un aparcamiento subterráneo con una cubierta a modo de plaza ajardinada, ya que esa era la previsión para el terreno que figuraba en el plan general. El precio que se pagó por la finca, que tiene 2.439 metros cuadrados y pertenecía a las inmobiliarias Clasanpe y Saro, es de 573.378 euros. La cuantía fue acordada de mutuo acuerdo entre el Concello y los propietarios.

Los vecinos denuncian que la zona está invadida por una maleza que no para de crecer sin que nadie haga nada para evitarlo y que el lugar, a consecuencia, se llena de desperdicios como basura y excrementos de animales. Aseguran que son los propios residentes los que deben encargarse de mantener la zona limpia en la medida de sus posibilidades, y señalan que la única vez que el Concello contestó a sus requerimientos fue para indicarles que nada podían hacer en la zona porque no se trataba “ni de un parque ni de un jardín”. Los residentes denuncian que la zona se ha convertido en “un vertedero” y que son “tres o cuatro” los que se preocupan por mantenerlo limpio.

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