Los ministros de medio ambiente de la Unión Europea cerraron poco antes del inicio de este verano un acuerdo político sobre cinco propuestas legislativas sobre el clima, incluida la prohibición de vender coches con motor a combustión a partir de 2035. Esto quiere decir, si la propuesta se mantiene, que estos vehículos no podrán utilizar combustibles hoy tan habituales como el diesel y la gasolina. Esta situación también es previsible que se traslade al sector marítimo, con lo que es necesario encontrar alternativas fiables.
En el foro organizado por LA OPINIÓN y Prensa Ibérica y moderado por la directora del proyecto Puertos Green&Blue de Prensa Ibérica, Eva Miquel, quedó patente que una de las empresas que trabaja para localizar una solución es Repsol. La directora de la refinería, Natalia Barreiro, señaló que es necesario “sustituir todas las materias primas que tengan la molécula de carbono por otra tecnología” e hizo hincapié en que se trabaja con “una gama de nuevas energías” y que “no hay una nueva energía en la que no esté Repsol”: hidroeléctricas, ciclos combinados y eólicos, intentando diversificar al máximo. También destacó que ya se producen biocombustibles a partir de aceites de biomasa, como pueden ser residuos procedentes de la agricultura o de la ganadería. “Los biocombustibles pueden ser una alternativa real del sector del transporte por carretera, marítimo y la aviación mientras hidrógeno y el amoníaco llegan”, detalló Barreiro.
La directora del complejo industrial de Repsol en A Coruña indicó que “la transición energética tiene que ser neutral” y hay que “dejar competir a las tecnologías”. También advirtió que la “transición energética no nos puede restar competitividad” y que “no deberíamos perderla”.
En el encuentro, el director de Desarrollo de Reganosa, Rodrigo Díaz, expuso la situación de la infraestructura gasística, que con la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha cobrado una importancia clave para garantizar el suministro energético. “La situación actual demuestra que España tiene un sistema gasístico robusto”, expuso el representante de esta empresa, que en Galicia cuenta con una planta situada en Mugardos, en la ría de Ferrol. A esta instalación llega el gas natural licuado, en forma líquida, para ser almacenado y transportado a través de los gasoductos. Sobre la infraestructura para mover esta materia prima, Rodrigo Díaz señaló que es clave abordar la conexión entre Galicia y la Meseta. Además, explicó que es necesario tener una planificación de la red gasista. “Las decisiones en la energía hay que tomarlas a largo plazo, con una hoja de ruta. Hay una falta de planificación”, alertó.
Por otro lado, insistió en la necesidad de crear un nuevo “modelo energético” gallego. Sobre esta cuestión, puso el ejemplo de la planta de hidrógeno verde que han diseñado Reganosa y la portuguesa EDP Renovables para implantar en As Pontes —iniciativa bautizada como H2Pole—.
El presidente de la Autoridad Portuaria destacó que “hoy a las empresas les importa más la descarbonización que algunos de sus productos, es una tendencia”.
La Xunta también expuso su visión en el foro. La secretaria xeral de Industria, Paula Uría, aseguró que la “transformación” del tejido industrial debe ir acompañada de “una planificación a largo plazo, una planificación que se base en la energía en las que los precios no sean volátiles, garantizado a un precio competitivo”. “Las empresas necesitan un marco energético estable”, recalcó.
“Galicia tiene recursos naturales, capacidad tecnológica y talento. Desde la Xunta estamos trabajando para el impulso de Galicia, que tiene oportunidades. El papel de los puertos es clave”, argumentó Uría.
Sobre el proyecto del Green Port, la secretaria xeral afirmó que la transición energética abre una puerta de oportunidades” y que Galicia “está sabiendo leer estas oportunidades”. Eso sí, recalcó que los fondos europeos que reparte el Gobierno central deben ser una palanca de apoyo para las empresas.
