La Opinión de A Coruña

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Los coruñeses apuestan por bombas de calor ante la subida del gas

Algunos cambian la caldera por la aerotermia, según profesionales del sector, y entre la obra nueva predomina el suelo radiante

Carlos Galán, proveedor de equipos de calefacción. | // CARLOS PARDELLAS

El aumento del precio del gas está haciendo las calderas menos atractivas, y, según explica Carlos Galán, responsable en A Coruña del proveedor de equipos de calefacción Comercial Quemoil, “la tendencia, ahora mismo, es la bomba de calor”, pese a la subida de la luz. “Si sigue subiendo, volveremos al pellet”, especula Galán, pero este combustible también “está disparado” y además, la mayoría de los coruñeses viven en un piso y no todo el mundo quiere “andar subiendo sacos de 25 kilos” para alimentar la estufa.

Galán indica que “seguimos vendiendo calderas de gas” en edificios de pisos en los que ya están establecidos, debido a la dificultad de hacer el cambio a otros sistemas, pero en las obras nuevas, explica “se tira mucho de suelo radiante con bomba de calor”, más que de radiadores.

La predominancia de este sistema la confirma el gerente de Satiser Galicia, Israel González, cuya empresa se dedica a mantenimientos e instalaciones: “hubo un boom de radiadores de baja temperatura hace unos años, pero las bombas de calor copan el mercado en obra nueva, son más eficientes y tienen menos huella ecológica”.

Las bombas de calor lo pueden extraer del aire, el agua o la tierra, y David Moreno, gerente de Fontanería Rogelio Vidal, señala que el último sistema es el más empleado en obra nueva en la comarca: “llevamos cuatro años poniendo geotermia en casas, y también en algún piso que carece de gas natural”.

El sistema se contabiliza como renovable, y según la normativa autonómica, el agua caliente se tiene que obtener al 50% de este tipo de fuentes en los nuevos edificios. “Antes había muchas obras con paneles solares” explica Moreno, pero en comunidades de vecinos es un problema “contabilizar el agua que pasa” para cada uno. Además, “cuando más produces es en verano, cuando menos se necesita”.

En las viviendas ya establecidas en las que no se puede colocar geotermia porque no hay espacio y los propietarios tienen que renovar la caldera, la normativa impone que la nueva tiene que ser de clase 5, esto es, reunir un elevado estándar de eficiencia energética. Así, explica, se está optando por calderas de gas de condensación, con elevado rendimiento.

Israel González puntualiza que en cambios de calderas de gas por bombas de calor lo más frecuente es utilizar la aerotermia, que capta energía del ambiente con un intercambiador y un ventilador de aire exterior. “Es como una máquina de aire acondicionado, aprovechando el calor residual del aire”, indica González “en eficiencia la geotermia es superior, pero la instalación es más costosa y comparadas una con otra el rendimiento te lo da a los quince años”. En cambio, indica, “poco nos entra” de reformar sistemas de gas a pellets. Lo que sí notan en Satiser Galicia es que “como los precios de todo subieron, la gente es más propensa a arreglar, arreglamos mucho antes del cambio”.

En cuanto a los radiadores eléctricos, Carlos Galán indica que “se venden muy poco”. “Hay dos modelos, de fluido y cerámicos. El primero es un poco más barato, pero en durabilidad es mejor el otro, por lo que se recomienda cuando va a funcionar muchas horas”, explica. Las estufas de keroseno, aunque son baratas porque no requieren instalación, “ahora no se venden” por lo caro del combustible.

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