La Opinión de A Coruña

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Folk nórdico y misterio, hoy en la iglesia de las Capuchinas

El ganador de un Grammy Jonathan Hulten lidera el cartel de ‘Ephemeros’, una cita sin garantía de continuidad en un recinto alternativo a las actuaciones al uso y secreto hasta hoy

Jonathan Hulten, en una imagen promocional. SOILE SIIRTOLA

“Como el humo, que aparece y se va”. Así será la primera —y quizá, última— sesión de la iniciativa Ephemeros, que trae por primera vez a la ciudad al artista sueco Jonathan Hulten, ganador de un Grammy con su banda Tribulation, según explica Juan Fernández, promotor junto a Alberto Castaño de la cita que subirá a Hulten, a Pablo Caamiña —fundador de Sangre de Muérdago o Ekkaia— y a Athal Berath (nombre artístico de Castaño) con su proyecto experimental Cerebral a un mismo escenario, la iglesia de las Capuchinas, en Panaderas, ubicación que no se desveló hasta primera hora de la mañana de este martes.

Ephemeros nace en contraposición a la moda de los grandes festivales, “masivos” y con continuidad, y propone “eventos íntimos, efímeros”, envueltos en “secretismo” y en recintos “especiales y diferentes, que no sean espacios musicales al uso”, que los asistentes no conocerán hasta doce horas antes de sentarse a escuchar a los artistas, cuenta Fernández. La selección de propuestas artísticas, en concordancia, se dirige a públicos más reducidos, que podrán disfrutar con comodidad de las actuaciones. Para esta primera ocasión, se han puesto a la venta —a 15 euros en las cervecerías Malte Atochas y Malte Galera— “solo cien entradas, para un espacio con aforo para 140 o 150”, cuenta el impulsor, que hasta esta mañana solo avanzaba que el recinto que hará las veces de auditorio se encuentra en la zona que abarca el código postal 15.001 —entorno de María Pita, Ciudad Vieja, Panaderas y Orillamar—. A primera hora se desveló el secreto: el escenario, acorde con la estética oscura y mística que envuelve a la convocatoria y al espíritu del encuentro, es la iglesia de las Capuchinas, en Panaderas.

Hulten será el plato fuerte. Actuará en solitario, con su guitarra, para ofrecer una mezcla entre folk nórdico y americano, con una estética caracterizada por su maquillaje y “elementos un poco tenebrosos” para ofrecer un resultado “a la vez muy delicado y muy bizarro”, asegura Fernández. El sueco se subirá a las tablas sobre las 21.15, calcula. La apertura de puertas está fijada para las 19.30 y la tarde comenzará con el proyecto artístico del otro promotor de Ephemeros —hermano de la poeta Yolanda Castaño—, que llevará al escenario “un proyecto único en Europa”, Cerebral, en el que “transforma las ondas hertzianas del cerebro en un impulso eléctrico que transforma, a su vez, en un impulso sonoro que modula a través de un programa y cacharros físicos que tiene”, cuenta su compañero. “Está curioso. Es casi más experimental que musical. A la gente le gusta ver el montaje; lleva un casco con unos electrodos”, asegura Fernández.

El espectáculo de Castaño durará alrededor de media hora. A continuación, actuará Pablo Caamiña. “Es muy conocido en A Coruña en la escena punk porque montó dos grupos muy míticos, Cop on Fire y Ekkaia”, apunta el organizador. “Estuvo viviendo en Alemania y allí arrancó este proyecto, con músicos europeos y en el que canta en gallego. Mezcla elementos folk y de tradición gallega con elementos del folk de otros países, sobre todo nórdicos y alguno de América”, detalla.

El broche será Hulten, que ha sido, a su vez, “el detonante” que ha llevado a Fernández y a su socio a montar el evento. De su experiencia y contactos por su pasado como organizadores del Mareira Fest —hijo coruñés del Mareira Rock, que alumbraron en su tierra, Foz—, todavía les proponen contrataciones artísticas. El volumen de trabajo y la falta de tiempo —Fernández es socio de las cervecerías Malte— les llevaron a descartar la idea de organizar algo con una continuidad cerrada y embarcarse de nuevo en la tarea de armar un festival al uso. “Pero seguimos teniendo el gusanillo de montar cosas y siguen ofreciéndonos artistas que pasan por cerca de A Coruña o Galicia”, relata Fernández.

La ocasión de contratar a Hulten en solitario con “condiciones económicas adecuadas” les animaron a lanzarse otra vez a la arena. Eso sí, esta vez, sin más compromiso que organizar una velada única para que quienes se animen “la disfruten”. ¿Y después? Fernández abraza la incertidumbre: “Está todo en el aire. Puede que volvamos a hacerlo en dos semanas, o en dos años. O que no haya continuidad en el tiempo y el espacio, sin más garantía de lo que vamos a hacer ahora”.

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