Aparcar el vehículo particular es una de las actividades que requieren de una mayor paciencia en las ciudades, ya que el espacio es muy escaso y los coches muy numerosos. Si además existen obstáculos que entorpecen la colocación de los automóviles en los espacios habilitados para ello, el problema se incrementa, como sucedía en la explanada existente delante del Palacio de los Deportes de Riazor. Los alcorques de los árboles situados más próximos al edificio tenían la mitad de su superficie en la zona asfaltada y la otra en la acera, por lo que los coches que estacionaban delante de ellos sobresalían e impedían circular de forma adecuada por el lugar. Operarios municipales recortaron ayer esos alcorques y resolvieron el problema.