La Opinión de A Coruña

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La deuda fantasma del Concello: los 295.000 euros que nunca se exigieron

Según el Centro Oncológico de Galicia, el Ayuntamiento aprobó concederles 49 millones de pesetas en 1992 para una obra, pero no les avisó de la ayuda hasta que la declaró prescrita

El Centro Oncológico de Galicia. | // VÍCTOR ECHAVE

El Ayuntamiento aprobó la semana pasada declarar prescritas definitivamente deudas con 23 entidades por valor de 387.000 euros, todas de hace una década o más. La mayoría del dinero está en una única obligación que, además, es la más antigua del listado: 295.371,67 euros que se han ido registrando como pasivo municipal desde 1992. El acreedor, según figura en la documentación municipal, era el Centro Oncológico de Galicia, un centro sanitario que no discutió la prescripción porque, según indican sus responsables, no sabían que el Concello les debía dinero hasta que les preguntó este diario.

“Se desconocía completamente dicha deuda”, indica Lucía Cachafeiro, la directora administrativa del centro. “Y la anterior dirección, con la que hemos contactado, era también desconocedora de la situación”, añade. El centro se puso en contacto con el servicio de tesorería del Concello, que le informó de que se correspondía con una aportación para las obras de ampliación del hospital, cuyo edificio es de titularidad municipal.

Este periódico ha contactado con el Gobierno municipal para que confirmase oficialmente el origen de la deuda, pero no ha obtenido respuesta. De acuerdo con la explicación de Cachafeiro, el origen del importe proviene de que en 1992 el centro realizó trabajos para construir una zona conocida como “búnker” en la que se situó el primer acelerador lineal de Galicia. Este dispositivo se utiliza para realizar radioterapia, lanzando partículas al cuerpo del paciente para destruir las células cancerosas, y, además de tener un gran volumen, precisa de una obra especial para que el funcionamiento se haga en condiciones de seguridad.

“Interpretamos, por la fecha, que esta partida presupuestaria debía ir destinada a ayudar con la financiación de esta obra”, señala Cachafeiro; “pero la subvención no se nos anunció por parte del Ayuntamiento, ni se anunció ni publicitó”, dice. La deuda nunca formó parte de los presupuestos de la entidad: “No hemos estado en situación de reclamarla, ya que la desconocíamos”.

Los más de 295.000 euros que prescriben ahora equivalen a unas 49.145.000 pesetas. Y, teniendo en cuenta la inflación acumulada durante estas tres décadas, el poder adquisitivo de esa cantidad sería aún más elevado en 1992: equivaldría a cerca de 600.000 euros anuales.

De las 23 entidades con las que el Ayuntamiento declara que han prescrito deudas de otros años solo alegó una de ellas, el Club del Mar de San Amaro, que reclamaba que se le abonasen facturas impagadas por valor de cerca de 45.000 euros para los ejercicios 2004, 2012 y 2013. De acuerdo con el presidente del club, Alberto Santalla, se corresponden con facturas por convenios. El Club del Mar reivindicó que nunca había dejado de reclamar esta deuda, “todos los años desde que fue contraída”, pero un informe de la Tesorería Municipal la considera extinta. La única forma de reclamarla ahora sería por vía judicial.

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