Medio siglo da para mucho, e incluso para todo. El instituto Ramón Menéndez Pidal, Zalaeta, celebró hoy sus 50 años de funcionamiento en plena forma. El ir y venir de alumnos y profesores que caracteriza cada jornada lectiva se mezcló, por la mañana, con el emocionado regreso de los invitados de honor a la efeméride: los profesores jubilados años atrás que pusieron su granito de arena en la formación de tantas promociones de jóvenes coruñeses. Los docentes pudieron reencontrarse esta mañana con la que ha sido su casa tantos años, y volver a la profesión durante unas horas en las que compartieron pizarra con los profesores actuales de las que fueron sus asignaturas. Con los alumnos compartieron conceptos básicos, pero también consejos prácticos y algunas lecciones para la vida. Muchos reconocen que lo echan de menos, pero saben que su misión con la enseñanza está cumplida. "Ojalá hubiese la opción de quedarse impartiendo algunas horas en vez de jubilarte de golpe", propone Emilia Ruiz, quien fuera profesora de dibujo y jefa de estudios del centro, pero que aun sigue frecuentando sus instalaciones de vez en cuando para echar una mano. A tenor del recibimiento, parece que el centro, que espera pervivir otros 50 años, también les echa de menos.

El instituto Menéndez Pidal dio comienzo esta mañana con las celebraciones de su aniversario, que se repartirán en varios actos a lo largo del curso. Hoy las celebraciones se quedaron en casa, pero esta semana continuarán con un acto institucional al que estarán invitadas distintas autoridades de la ciudad y culminarán en una gran verbena abierta al barrio donde ex alumnos y ex profesores puedan, de nuevo, reencontrarse con su centro.