Teatro contra las bombas. Arte contra la incomprensión de la guerra. El grupo Valacar pone al espectador ante un dilema vital en la obra Liquidación de existencias, que estrena hoy en el salón de actos de la ONCE (20.30 horas) y que tiene voluntad de no dejar que el público se vaya sin reflexionar. “Es un homenaje a las víctimas de la barbarie, la de Ucrania o cualquiera”, cuenta Pedro Rubín, director de Valacar, el grupo de teatro de la ONCE, y autor de la pieza. La obra toma como punto de partida el bombardeo en el teatro de la ciudad ucraniana de Mariupol, un acto “incomprensible y absurdo” que hizo imaginar a director y actores cómo sería la vida de todos esos artistas ligados al malogrado centro tras los trágicos sucesos. “Bombardear un teatro es absurdo. No se sabe muy bien la motivación, o puede que si: el arte es molesto a veces”, propone.

La pieza se sitúa en el día después y se hace una pregunta. ¿Qué pasa cuando todo ha desaparecido? “Empezamos a pensar: ¿cómo se plantean la vida los artistas? ¿Qué pasa después del bombardeo? Artistas, director, tramoyas se empiezan a cuestionar el valor del teatro frente al poder de las bombas”, explica Pedro Rubín de una obra que Valacar representará los jueves, viernes y sábado de esta semana y la siguiente.

La pieza pone en el foco el conflicto que asola Ucrania desde hace ocho meses, que ha ido perdiendo intensidad informativa con el paso del tiempo. Contra esta y otras guerras claman los actores de Valacar. “La intención es abrir un debate, que el público decida si prefiere el poder de las palabras o el de las bombas. Al final, las víctimas siempre son las mismas: los niños, los débiles, la sociedad. La mayoría de nosotros lo seríamos si hubiese una guerra aquí”.