La Opinión de A Coruña

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Veinte años de la ‘burla negra’ del Prestige

De los marineros que blindaron la ciudad para detener el chapapote a los artistas que lideraron la reacción popular: figuras vinculadas al desastre recuerdan la catástrofe

Veinte años de la ‘burla negra’ LOC

El día 14 de noviembre de 2002 una desgracia copaba las portadas de las principales cabeceras gallegas. Un gran temporal de viento y lluvia había hecho estragos en Galicia y en el norte de la Península, dejando en A Coruña sus peores consecuencias. Dos mujeres fallecían en la ciudad aplastadas por una grúa que se había desplomado, a consecuencia del viento, sobre el quinto piso que compartían en la Calle Real. La impactante imagen de la grúa tendida sobre el tejado opacaba, en cierto modo, otra desgracia, más lenta y silenciosa, que se cernía sobre la costa gallega. Un petrolero llamado Prestige, cargado con 77.000 toneladas de petróleo, se había escorado a 20 millas de Fisterra.

Para entonces, la mancha ya ocupaba una extensión de cinco millas y dos helicópteros, el Helimer y el Pesca 1, peinaban la zona para evaluar hasta dónde podían llegar los daños. Los más curtidos cayeron presas de una sensación familiar: en A Coruña estaban por cumplirse 10 años del accidente del petrolero Mar Egeo, que tiñó el cielo de negro y restringió la actividad de pescadores y mariscadores coruñeses durante meses. “El temporal era inmenso. Recuerdo que venía de Oleiros, y, a la altura de la autopista, se desprende una valla publicitaria, la chapa entera, y me pasa por encima. Me fui directo a ver el mar junto al Acuario, y allí estaba ya otro compañero mío, percebeiro. Me dijo que en la radio estaban diciendo que había un petrolero escorado. No sabíamos la que nos venía”, cuenta hoy Xulio Montero, percebeiro de profesión, que durante muchos meses posteriores a la catástrofe no pudo ejercer su oficio, pero ello no le hizo quedarse quieto.

Como muchos, limpió chapapote por tierra y mar, a bordo de barcos pesqueros o a pie de playa junto a los miles de voluntarios que acudieron a Galicia interpelados por los estragos de la catástrofe, que, si fueron menores en A Coruña que en otras zonas del litoral, fue gracias a la vigilancia incansable de sus marineros.

20 años del Prestige: cuaderno de viaje del fotodocumentalista Pedro Armestre

20 años del Prestige: cuaderno de viaje del fotodocumentalista Pedro Armestre Pedro Armestre

Aun así, los daños son incontables aún hoy. “La flota estuvo meses sin salir a faenar, con lo que eso supone, y el marisqueo se paralizó. Hoy en día, los patrones me dicen que hay zonas en las que había cigala, pero que no volvió a haberla desde el Prestige. Seguramente esa limitación viene dada por el chapapote”, cuenta el que era Patrón Mayor de la Cofradía, Torcuato Teixeira. Con todo, y como suele ocurrir en las grandes tragedias, del negro petróleo brotó la esperanza: el movimiento Nunca Máis, que tiene sus ecos aún hoy. “El Gobierno español no esperaba nada de Galicia. Mientras el vicepresidente Mariano Rajoy hablaba de “hilillos de plastilina en estiramiento vertical” estaba naciendo una respuesta que nadie pudo prever. El talento de todo un pueblo al servicio de una causa colectiva: Nunca Máis!”, rememora el músico Xurxo Souto, uno de los grandes impulsores de la causa.

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