El inicio de las obras de la plaza de Lugo hizo que en la calle Picavia se colocaran dos señales, al inicio y al final, advirtiendo a los conductores de que solo pueden pasar quienes se dirigen a los garajes o salen de ellos, de forma que el resto deben usar el túnel bajo la plaza. Pese a ello, decenas de automóviles transitan a diario por la superficie de la ahora zona peatonal que se conecta con la calle Compostela. Algunos conductores, habituados a usar este recorrido en el pasado, son víctimas de un despiste, pero otros se hacen los suecos y pasan sin inmutarse entre las decenas de personas que circulan por el lugar para llegar hasta la calle Padre Feijóo.
- Multimedia
- Clasificados
- Servicios
