Dice el viejo refrán que nunca llueve a gusto de todos, pero, en esta ocasión, estamos cerca de llegar al consenso. Tras o veraniño de San Martiño, que trajo a la ciudad un espejismo estival la semana pasada, las lluvias han regresado a A Coruña. Muchos las esperaban con ansias, tras la sequía de este verano que tenía a los embalses que abastecen a la comarca al límite de su capacidad. Quienes también están contentas de que llueva son las focas del Aquarium Finisterrae, que fueron captadas ayer por una visitante con sus cabecitas fuera del agua de su estanque y una expresión de evidente placer, satisfacción y júbilo al ser bautizadas por las refrescantes precipitaciones.