Los vecinos de Adelaida Muro y el Matadero celebraron ayer su comida anual. Los residentes se reunieron en Casa Matilda, en Atocha Alta, con el objetivo de reivindicar el barrio como “una de las arterias brillantes del resurgimiento urbano de Monte Alto”, que, aseguran, está a punto de convertirse en “uno de los centros neurálgicos de la ciudad”. Los residentes congregados compartieron mesa, pero también recuerdos y anécdotas de tiempos pasados en el barrio.