La Opinión de A Coruña

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El Concello aprueba el plan de Albada para sellar dos vertederos de la planta de basuras

La obra tendrá un coste de 3,6 millones y un plazo de ejecución de un año | Uno de los depósitos se completó en 2002 y el otro en 2008 | La empresa pleiteó para evitar este trabajo

Vista de la planta de residuos en 2008. En el monte a su espalda, la zona con vegetación situada a la derecha y separada de la inferior por un camino es el vertedero dos, aún sin sellar. A la izquierda y también cubierto de vegetación, el vertedero tres, también pendiente de sellado. | // LA OPINIÓN La Opinión

Días después de que la Xunta exigiera a Albada, la gestora de la planta de tratamiento de residuos de Nostián, que procediera a sellar dos vertederos destinados a desechos no reciclables que se completaron en 2002 y 2008, el Gobierno local aprobó el proyecto elaborado por la empresa para llevar a cabo esta actuación. El documento fue redactado en 2014, pero el Concello se negó a aprobarlo sin que Albada presentara antes una comunicación previa de su intención de realizar las obras, requisito que los tribunales descartaron que sea necesario.

A pesar de que el servicio de Disciplina Urbanística dio su visto bueno al proyecto en febrero, hubo que esperar hasta el pasado miércoles para que la Junta de Gobierno Local autorizara su puesta en marcha. Aun así, Albada deberá comunicar en los próximos días las medidas que adoptará para iniciar las obras, así como el calendario para su realización.

El proyecto menciona que el coste de los trabajos de sellado de los dos vertederos tendrá un coste de 3,68 millones y que requerirá un año de trabajos. Tres años después del inicio de su actividad en la planta de Nostián, Albada colmató en 2001 el primer vertedero de residuos no reciclables, tras lo que procedió a su sellado. Al año siguiente completó un segundo vaso con un volumen de 208.000 metros cúbicos y en 2008 otro de 800.000 metros cúbicos. Estos dos últimos no fueron sellados y la empresa elaboró en 2010 un proyecto para acometer esa tarea que fue desestimado por el Concello, ya que en el mismo se preveía que las obras fueran costeadas por la administración municipal.

La Autorización Ambiental Integrada, documento que rige la actividad del complejo, redactada por la Xunta en 2015 establecía que Albada debía hacerse cargo de esa labor. Al año siguiente ese documento se modificó y dio a la empresa un año de plazo para realizarla, pero decidió recurrirlo en los tribunales. En 2020, el Superior de Galicia falló a favor de las tesis municipales y atribuyó la negativa de la concesionaria a ejecutar las obras al coste que supone su realización. El tribunal advirtió además de que es “imprescindible” llevar a cabo los trabajos porque pues los vasos del vertedero que permanecen sin sellar vierten a la red de saneamiento aguas que contienen sustancias contaminantes.

En enero de este año Albada fue sancionada por la Xunta con 40.000 euros por no informar sobre las condiciones de vertido en la planta, tal y como regula la Autorización Ambiental Integrada. La empresa también fue multada con 50.000 euros por apilar residuos no tratables en la planta en el verano de 2019 al no poder seguir enviándolos a un vertedero de Santiago.

La relación entre Albada y el Concello se desarrolla además en una situación compleja, ya que la empresa comenzó a gestionar la planta de Nostián en 1998 y terminó su contrato el 31 de diciembre de 2019 sin que se hubiera licitado un nuevo contrato.

El Gobierno local de Marea Atlántica dejó redactados los pliegos de condiciones para convocar el concurso que adjudicaría la gestión, pero el nuevo Ejecutivo socialista consideró necesario adaptarlos a las nuevas exigencias europeas, lo que dejó a Albada al frente del complejo pero sin contrato en vigor. Esa situación hizo que la compañía decidiese no continuar tratando los residuos de los municipios del Consorcio As Mariñas, por lo que el Gobierno local intervino las instalaciones durante un periodo de ocho meses.

Albada recurrió esa iniciativa en los tribunales, que le dieron la razón al considerar que la gestión de la basura del Consorcio As Mariñas no figuraba en el contrato municipal, ya que fue acordada con el ente comarcal mediante un convenio posterior. Aunque la sentencia no se pronuncia sobre el perjuicio económico causado a la empresa, esta lo cuantificó en al menos 3,1 millones. Los trabajadores de la planta protestan además desde hace meses por la demora en la licitación del nuevo contrato y alertan del deterioro de las instalaciones por la falta de mantenimiento.

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