Estas son las historias de los 17 coruñeses víctimas de Hitler (y de los ocho de los que se busca a la familia)

Solo cinco sobrevivieron al campo nazi, por causas como saber jugar al fútbol o manejar máquinas

El edil coruñés Martín Ferreiro, víctima de los nazis.   | // LA OPINIÓN

El edil coruñés Martín Ferreiro, víctima de los nazis. | // LA OPINIÓN / Enrique Carballo

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ha rescatado las historias de 17 coruñeses que escaparon de España para huir del franquismo y acabaron cayendo en las garras del régimen nazi: en los próximos meses se publicará un libro que recopila sus vidas y se empezarán a colocar memoriales para recordar los horrores que vivieron.

La víctimas coruñesas de Hitler fueron todas capturadas en Francia, a donde habían llegado tras la derrota republicana. Allí pasaron por los campos de refugiados franceses, y luego pelearon contra los nazis “en el ejército, las compañías de trabajadores extranjeros o los maquis” antes de ser hechos prisioneros, y en su mayoría, perecer en cautiverio. Cinco consiguieron sobrevivir. Trece murieron, en el campo de Mauthausen o en otros a los que se les derivó. La asociación busca a los familiares de ocho de ellos.

No en todos consta la causa de la muerte, según explica la investigadora Carmen García Rodeja, que recopiló sus historias. “Muchos fueron gaseados, otros acribillados a balazos, a otros los tiraron escaleras abajo, y los que enviaban al campo de Hartheim eran gaseados”, explica. La esperanza de vida era de pocos meses.

Mauthausen, en la actual Austria, fue el destino de “la mayor parte de los españoles” represaliados por los nazis. Era un campo de “exterminio por el trabajo”. Los que llegaban no eran asesinados directamente, como en Auschwitz, pero se obligaba a los presos a realizar trabajos forzados en la cantera. “Tenían que picar y subir sacos de 20, 30, 40 kilos por centenares de escalones”, indica García Rodeja, comiendo “un poco de agua, una patata”. Enfermaban de tuberculosis, morían de frío, marcados con el “triángulo azul de los apátridas” pese a ser españoles. El régimen franquista “no los quiso salvar”.

José Albedro Villaverde

Coruñés nacido en 1907, fue capturado por los alemanes y hecho prisionero en el campo austríaco de Krems-Gneixendorf. En diciembre de 1941 entró en Mauthausen, donde murió a los 35 años el 24 de enero de 1943.

Adolfo Bregua Mouriño

Nacido en 1906, fue vecino de Vioño y luchó por la República en la Guerra Civil antes de exiliarse a Francia. Los alemanes lo llevaron a la cárcel de Estrasburgo, y en 1940, con 34 años, acabó en Mauthausen. Sobrevivió gracias a que, debido a que era un buen jugador de fútbol, lo pusieron a trabajar en la cocina y pudo disfrutar de condiciones algo mejores. Fue liberado en 1945, vivió en Brasil y volvió, ya muy mayor, a Vioño.

Víctor Manuel Conde Núñez

Uno de aquellos a los que no se conoce la familia actual, aunque se sabe que tuvo tres hijos: Rosa, Víctor y Andrés. Los alemanes lo llevaron como prisionero a Trier, y en 1941 entró en Mauthausen. Sobrevivió cuatro años y fue liberado el 5 de abril de 1945, con Adolfo Bregua.

Clemente Juan De La Cruz García

Abandonado por sus padres, se crió en el hospicio de A Coruña. Los nazis lo apresaron en la localidad francesa de Angulema y pasó por Mauthausen y Gunsen. Murió gaseado en Hartheim en septiembre de 1941, con apenas 30 años.

Adrián del Castillo Soutelo

Nacido en San Andrés, fue capturado por los nazis y llevado a la prisión de Trier. Llegó a Mauthausen en enero de 1941 y lo gasearon en septiembre de ese año en Hartheim. Tuvo un medio hermano, Julián del castillo Parra, pero no se ha localizado a sus posibles parientes sobrevivientes.

Manuel Fernández Tárrago

Otro de los escasos supervivientes y de los que no se conoce la familia. Nacido en la calle de la Torre el 2 de junio de 1944, los alemanes lo enviaron al campo de Natzweiler marcándolo dentro de la directiva de Hitler Nacht und Nebel (Noche y niebla), con la que se designaba a enemigos políticos o miembros de los grupos opositores contra el nazismo a los que se debía hacer desaparecer. García Rodeja indica que cree que “estaba en la resistencia” francesa. Pasó por varios campos pero fue liberado por las tropas aliadas.

Martín Ferreiro Álvarez

Nativo de Cotobade, fue concejal de Obras y teniente de alcalde de A Coruña. Consiguió escapar a la muerte en el momento del golpe y pasar al exilio, aunque luego volvió para luchar contra el ejército franquista. Tras la derrota republicana pasó a Francia, estuvo en un campo y se unió a las compañías de trabajadores extranjeros del país vecino, trabajando en las fortificaciones de la línea Maginot contra la amenaza alemana. Peleó en las filas francesas en la guerra hasta ser capturado. Pasó por la prisión de Estrasburgo y el campo de Mauthausen: pereció en el subcampo de Gusen en noviembre de 1941.

Arturo García Lagares

Otro de los nombres de los que no se ha podido localizar a la familia. Se sabe que nació en A Coruña en 1895 y que tuvo un hijo, Juan García Blanco. Los alemanes lo llevaron prisionero a Trier y entró como prisionero a Mauthausen en enero de 1941. Lo mataron en el subcampo de Gusen en julio de ese mismo año.

Juan González del Valle

Uno de los casos mejor conocidos, debido a su relevancia intelectual. Nació en A Coruña en 1898 y estudió Derecho en Valladolid. De vuelta en la ciudad, fue bibliotecario del Nuevo Casino y de la Universidad Popular, miembro del Seminario de Estudos Galegos y colaborador en varias revistas, además de académico de la Real Academia Galega. El golpe de 1936 lo cogió en Madrid y formó parte de batallones de milicianos. Escapó a Francia por la derrota republicana, y pasó por Angulema y Mauthausen. Fue gaseado el 26 de septiembre de 1941 en Hartheim.

Leopoldo López Criado

Nacido en 1905, era vecino del Campo da Leña. Los alemanes lo capturaron en Francia y lo enviaron a la prisión de Wiebelsheim en un primer momento. Al igual que el resto de exiliados coruñeses atrapados por los nazis, fue enviado a Mauthausen y luego a Gusen. Allí sus captores lo asesinaron el 3 de noviembre de 1941.

Julio Martínez Arias

Uno de los más jóvenes de la lista, nacido en A Coruña en 1910. Lo deportaron a Mauthausen el 15 de mayo de 1941, y vivió durante poco tiempo los horrores de los campos nazis. Murió gaseado en Hartheim en septiembre de ese año.

José Martinez Cacheiro

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica tampoco ha podido identificar, hasta el momento, a sus familiares. Nació en A Pasaxe cuando todavía pertenecía al extinto ayuntamiento de Santa María de Oza. Los alemanes lo apresaron en Belfort y lo llevaron a la cárcel de Bathorn. Llegó a Mauthausen en julio de 1941 y fue asesinado en noviembre de ese año en Gusen. Tuvo una hermana, Jesusa, en la avenida de Oza, y otra que fue a Nueva York.

Luis Rafales Lamarca

Este coruñés exiliado fue deportado a Mauthausen en mayo de 1941, desde la prisión de Frankenthal. Pereció en las cámaras de gas de Hartheim a los cinco meses.

Víctor San Miguel Prado

Era ferroviario, y su padre vivió en el 122 de la calle Fernández Latorre. Los alemanes lo capturaron en Belfort y lo enviaron en un primer momento a Fallingbostel. En enero de 1941 entró en Mauthausen. Perdió la vida en Gusen en diciembre de 1941. Aún no se ha localizado a su familia, aunque se sabe que tenía dos hermanos: Arturo y Amparo.

Eduardo Sánchez García

Otro nativo de Monte Alto, nació en el Campo de Artillería. Pasó por Moosburg y llegó en julio de 1941 a Mauthausen. Al poco lo enviaron a Vöcklabruk y consiguió sobrevivir a la liberación. Según su propio testimonio, sabía manejar una paleadora y en una ocasión que sus captores estaban recogiendo prisioneros para llevarlos a la muerte lo dejaron estar porque no tenían un sustituto para manejar la máquina. Falleció en la década de 1990.

Los hermanos Tallón Charlón

Llamados Enrique y Francisco, nacieron en la calle de la Franxa y pasaron juntos por la prisión de Fallingbostel y por Mauthausen, a donde llegaron el 27 de enero de 1941: el mismo día que Víctor San Miguel Pardo, con lo que quizás coincidieron con su vecino. Enrique murió el 27 de diciembre de 1941 en el campo de Gusen, mientras que Francisco fue de los pocos supervivientes coruñeses. Se casó con una austríaca y tuvo una hija en ese país, si bien todavía no se ha localizado a los posibles familiares que hayan sobrevivido hasta la actualidad.

Las otras víctimas

Otros “muchos” coruñeses murieron en los campos franceses de deportados tras escapar de España por la derrota republicana, o en combate contra los alemanes, explica García Rodeja. Además, su investigación ha dejado fuera a otras cuatro víctimas del régimen nazi que nacieron en A Coruña o vivieron en la ciudad pero que ya han recibido homenajes en otras partes de España.

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