El Puerto roza las cifras de tráficos previas a la pandemia y al cierre de la central de Meirama

El aumento en movilización de mercancías en 2022 fue el más alto de los puertos españoles | Las operaciones de carbón en Langosteira consolidan las cargas de graneles sólidos

Descargas de carbón este verano en punta Langosteira. |   // LA OPINIÓN

Descargas de carbón este verano en punta Langosteira. | // LA OPINIÓN / R. D. R.

El Puerto de A Coruña cerró el ejercicio pasado con el mayor aumento interanual de tráficos entre todos los puertos españoles, superior al 25%, justo por encima de los de Alicante y Ceuta, y con una cifra de 14,89 millones de toneladas movilizadas. Este volumen de mercancías roza el registrado en 2018, de 15,7 millones, es decir, un año antes del cierre de la central de Meirama que puso fin a los tráficos de carbón hacia la instalación termoeléctrica coruñesa, y dos años antes de la irrupción de la pandemia del COVID-19.

La Autoridad Portuaria destaca el importante incremento, del 83,6%, en el apartado del tráfico de graneles sólidos, con 5,3 millones de toneladas movidas; un repunte que la entidad vincula a una mayor actividad en el puerto exterior (4,2 millones de toneladas en todo el ejercicio pasado), cuyo crecimiento exponencial convierte 2022 “en el mejor ejercicio de su historia”.

La dársena de punta Langosteira se consolidó, según destaca el Puerto en una nota, como “principal centro logístico del noroeste de España en graneles alimentarios” y como “nodo de intercambio de mercancías”, entre las que sobresalen las cargas y descargas de coque, fertilizantes y carbón. Desde el verano pasado, de hecho, el puerto exterior acondicionó una superficie grande para hacer acopio de estas mercancías, sobre todo carbón procedente de África y América, para canalizarlo a puertos del norte de Europa. La llegada de estas cargas se debe a la guerra de Ucrania, que causó una crisis energética que reactivó la importación de carbón para reducir la dependencia de materias primas rusas y alteró los flujos de tráfico tradicionales, lo que convirtió la dársena de Langosteira en un foco logístico de redistribución de carbón.

Estas nuevas operaciones vinieron a compensar la caída de tráficos de carbón por el cierre de Meirama, que motivó que los tráficos portuarios cayeran un 12,7% en 2019 y un 22,6% un año después, aunque subieron en 2021 un 12%.

“Su ubicación como conector atlántico, los cambios en la organización de las cadenas logísticas globales y sus ventajas competitivas en calados o superficie logística han convertido a Langosteira en el puerto idóneo para la distribución de cargas y su canalización a otros puertos”, resalta el ente portuario.

El capítulo de graneles líquidos, con 8,5 millones de toneladas, creció un 6,4% el año pasado gracias al tráfico de petróleo crudo. Su incremento fue ligeramente superior al de mercancía general, que rozó las 900.000 toneladas por el auge de las operaciones con materiales siderúrgicos y de la construcción.

Pesca y cruceros

El sector pesquero cerró con cifras similares a 2021, con una leve caída próxima al 1%, y mantiene la preocupación por el precio de los combustibles y, sobre todo, la política de cuotas de la Unión Europea, que afecta seriamente a especies con gran protagonismo en la Lonja.

En cuanto al tráfico de cruceros, el Puerto superó todos los registros. Tras el parón provocado por la pandemia, la actividad se reforzó con 222.723 pasajeros a bordo de 137 buques, superando el techo alcanzado en 2017, cuando hubo 184.069 cruceristas en 121 escalas.

La Autoridad Portuaria destaca que con vistas a los próximos años orientará objetivos a la explotación de la zona sur de Langosteira para facilitar “la llegada de las nuevas industrias vinculadas al hidrógeno, el amonio y el metanol verdes, además de la eólica offshore, que generarán una importante actividad económica y la creación de empleo en el área metropolitana de A Coruña”. El Puerto estima que en 2023 invertirá para ello 13,6 millones de euros.