Cientos de usuarios esperan por una plaza en las residencias de mayores de A Coruña, que están saturadas

Las listas de espera alcanzan los mil usuarios en los centros públicos y concertados de la ciudad | La oferta privada disponible en la actualidad se limita a las plazas de precios más elevados, más de 2.500 euros al mes

Trabajadores de la residencia La Milagrosa atienden a los usuarios. |   // VÍCTOR ECHAVE

Trabajadores de la residencia La Milagrosa atienden a los usuarios. | // VÍCTOR ECHAVE / Ana Carro

A Coruña

La mayoría de residencias de mayores de A Coruña no tiene plazas disponibles. Desde hace años, las listas de espera no han parado de crecer y la saturación es ya evidente. La Consellería de Política Social, de la que dependen estos centros públicos, informa de que no hay vacantes en ninguno de sus espacios. Las privadas también están completas y a las que todavía le quedan algunas plazas es por el coste elevado del ingreso, que puede superar los 2.500 euros al mes. “Cuando queda una plaza libre, automáticamente se cubre. Ahora tenemos una lista de espera de 117 personas”, detalla el director del Complejo Gerontológico La Milagrosa, José Carlos Millán.

Este es solo uno de los muchos ejemplos que se pueden encontrar en las residencias de la ciudad actualmente. Todos muy similares. Las familias que buscan un geriátrico al que llevar a sus mayores porque ya no le pueden ofrecer en casa todos los cuidados que necesita se quedan sin alternativa, esperando durante meses por una plaza. Ya ni siquiera existe la opción, en las públicas, de elegir un centro alejado de la ciudad, en otro concello. Todos están llenos. “Es uno de los momentos más difíciles del sector. Hay más de mil plazas en lista de espera para residencias públicas o concertadas”, analiza el vocal Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría y presidente de la Asociación Gallega de Residencias de la Tercera Edad (Agarte), José Manuel Pazos, quien alerta que “tras la pandemia, mucho personal ha abandonado y ahora no se encuentran ni enfermeras ni médico ni cuidadores para estos centros”. Apunta, sin embargo, que en Galicia “se está dando muy bien servicio”, a pesar de todos los inconvenientes.

Otro teléfono que no deja de sonar es el de la residencia de mayores Padre Rubinos, donde la lista de espera suma ya 700 usuarios. El centro cuenta con 106 plazas privadas y 40 concertadas. Todas ocupadas. “Siempre hemos tenido este problema, pero ahora se ha incrementado”, explica Elena, la responsable de la residencia situada en el número 325 de la ronda de Outeiro. Avisa, además, que “es complicado que la lista de espera corra”. “La gente vive muchos más años. Puede ser que, al año, fallezcan diez personas en el centro”, indica, argumentando por qué las listas de espera no disminuyen sino que solo crecen.

¿Dónde nace este problema? La responsable del centro opina que influyen “muchos factores”, como “el tamaño de las residencias, el coste, el número de gente que necesita ayuda, el deterioro en edades avanzadas y la poca previsión de la situación”. Todo ello conduce a llamar a la puerta de las residencias, pero pocas pueden abrirla. “Hay muy pocas plazas en las privadas y, si quedan, es porque el precio es más alto”, comenta Millán.

A Pazos no le gusta decir que es un servicio caro sino “costoso”, pues hay que pagar a “médicos, cuidadores, la calefacción, la comida...”. El presidente de Agarte indica que el sector está “en stand by” y se pregunta hacia dónde camina. El Gobierno central y las comunidades autónomas aprobaron el pasado verano un nuevo modelo de residencias de mayores: máximo 120 plazas por centro, más trabajadores y atención más personalizada. “La pregunta es quién va a financiar eso porque la plaza rondaría los 3.000 euros. La gente tiene que poder acceder a ella”, destaca Pazos, que insiste en que “el problema ahora está en que hay un porcentaje tremendo de plazas que son privadas”. “Y se van a disparar los precios”, alerta, a la vez que indica que el trabajo que se realiza en estos espacios “es muy duro y muy difícil y está muy poco valorado por la sociedad”.

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