El taxi se moderniza en A Coruña

Aproximadamente el 50% de la flota en A Coruña es de coches híbridos de batería y combustible, el 5% combina gas y gasolina, hay cuatro coches 100% eléctricos y el resto son diésel

Un taxi de gas, un híbrido, un tesla y un Diésel

Un taxi de gas, un híbrido, un tesla y un Diésel / VICTOR ECHAVE

Cada taxista hace sus cuentas siempre que se compra un coche, sabe que es una inversión a diez años, porque en ese tiempo, ha de cambiarlo, así que en la balanza entran muchas cosas, primero, que el coche sea homologable, porque no todos los vehículos valen para prestar servicio como taxi, también las ayudas disponibles y, por supuesto, el precio y la inversión que tendrá que hacer en el combustible a diario.

Cuando a Agustín Moar se le presentó el momento de cambiar de coche decidió apostar por un Tesla totalmente eléctrico que, ahora, carga por las noches en su casa. Hizo la compra en abril del año pasado y, asegura que, con lo que ahorra actualmente de combustible, paga la financiación del coche. “No me arrepiento de la compra. Me arrepiento de no haber esperado un poco más, porque ahora autorizaron la homologación del modelo monovolumen, que tiene más maletero y es más alto, pero estoy contento”, explica. Antes de este coche, había tenido un Toyota Prius híbrido y, después, una furgoneta diésel Peugeot Expert, de siete plazas. Cuando se le estropeó el embrague, empezó a ver los coches eléctricos y, finalmente, se decidió por el Tesla, porque era el que más autonomía tenía, aunque tenía sus dudas, porque no había ningún concesionario ni ningún taller de la firma por la zona, pero dio el paso igualmente.

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Miguel Ángel Polo, taxista en un coche a gas / Gemma Malvido

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En su momento, le asaltó otra duda que se les presenta a tantos otros compañeros cuando tienen que tomar una decisión así. “¿Y si me sale un viaje y no tengo batería?” y él mismo se respondió que, si esa situación se llegaba a dar, pues no haría ese servicio en concreto y seguiría con su día a día. “No puedes pensar en eso, si me pilla un servicio a última hora, ya no me preocupo, porque el día lo tengo hecho, porque es un trabajo de todos los días y, sobre todo, en ciudad, te puede venir un viaje, pero no puedes pensar en eso, porque no es el día a día, el día a día es la ciudad”, reflexiona.

Aproximadamente la mitad de los taxis que prestan servicio en A Coruña son coches híbridos, de los que combinan batería y combustible fósil. Es el caso de Teresa Corbelle, ella tenía un diésel y, el año pasado, se pasó a un Toyota Corolla híbrido, que combina batería eléctrica con gasolina.

Como todos, hizo sus cuentas, aunque tenía “muy claro” que se iría a este tipo de motor. “Me parecía lo más fiable y la mejor opción económicamente y a la hora de moverme”, relata Corbelle, que ya descartó de inicio un coche 100% eléctrico por su alto coste, ya que supondría aproximadamente el doble de desembolso. Además, pesó en su decisión que el Toyota ofrece una preinstalación del sistema del taxímetro, supone un ahorro a la hora de montar todo el equipamiento necesario para poder prestar servicio en la calle.

Ricardo Villamisar, que se compró un Volkswagen Passat —el único que hay en la ciudad como taxi, porque dejaron de autorizar su homologación— de diésel en diciembre de 2016, apunta que, a diferencia del suyo, los coches híbridos requieren “muy poco mantenimiento”. Además, es un vehículo que está “muy probado”, añade Miguel Ángel Polo, que conduce desde diciembre de 2014 un Seat Altea híbrido, pero de gas y combustible.

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Ricardo Villamisar, conduce un taxi Diésel / Gemma Malvido

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El apostó por esta opción — a pesar de que, en aquel momento, “no estaba muy convencido”— cuando el precio del gas estaba a la mitad que actualmente y había ya “los mismos” puestos de recarga que ahora. Nueve años después asegura que la operación le salió “redonda”, de hecho, aproximadamente el 5% de la flota de taxis en la ciudad tienen este motor. “Es que en el taxi, en cuanto vemos que a un compañero le va muy bien un coche, los demás también vamos a él. Primero fue el Skoda, después, el Prius...”, explica Polo.

El futuro es que toda la flota se vaya renovando y vayan dejando atrás los modelos que usan combustible fósil para incluir, cada vez, más coches híbridos o 100% eléctricos. “La previsión es que mi coche aún dure otros tres años más, pero en tres años, la automoción cambia muchísimo, así que, dependiendo de los puntos de recarga, de la autonomía de los coches y de los precios, de las ayudas... ya veremos qué hacemos, pero el diésel convencional se está acabando”, relata Villamisar.

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Teresa Corbelle, conduce un taxi híbrido / Víctor Echave

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Corbelle asegura que, en comparación con el anterior coche que tenía, que era diésel, está gastando “entre cien y 200 euros menos al mes” que en enero del año pasado con los precios del diésel de entonces. Si no hubiese cambiado de coche, actualmente, en vez de ahorrar estaría gastando unos 200 o 300 más. Polo dice que, aunque su gran ahorro actualmente no está en el combustible, porque el gas ha subido ya a un euro —en 2014 lo pagaba a unos 55 céntimos—, el cambio a híbrido le compensa, sobre todo, por el mantenimiento y porque no tienen tantas averías como los diésel o los de gasolina. En el caso de Agustín, el ahorro es muy superior, ya que cargando el coche en casa —con la tarifa que tiene, adaptada a esta necesidad de tener el vehículo enchufado toda la noche— gasta unos 50 euros al mes haciendo 5.000 kilómetros, aunque el recibo se encarece cuando tiene que hacer la recarga fuera de casa, al precio de mercado. “Si tuviese que hacer una carga completa, que son 77 kilovatios, a 50 céntimos, me saldría en unos 35 o 40 euros y, en tiempo, dependiendo de la rapidez del cargador, en casa son diez horas, si el cargador es de 125 kilovatios, en una hora o menos, lo tendría listo”.

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Agustín Moar, taxista con un Tesla 100% eléctrico / Gemma Malvido

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Para Corbelle, por ejemplo, es importante también ese factor del tiempo. “Yo, con 45 euros, lleno el depósito de gasolina al momento”, explica, y argumenta que, si el precio del vehículo no fuese tan elevado, se habría pensado adquirir un coche 100% eléctrico, pero que, en el momento, no le compensaba.

“El precio de los combustibles y de la luz es siempre puntual, porque un día puede dar un subidón y otro, puede bajar. Yo, por ahora, estoy rentabilizando el coche muy bien, dentro de un par de años, no lo sé”, se sincera Moar, que confía en que no se encarezca mucho más la luz, aunque también cree que, si sube la electricidad es porque han subido antes el diésel y la gasolina. Para que esta renovación se acelerase y para que más conductores —y no solo taxistas— apostasen por este tipo de modelos híbridos o 100% eléctricos, tienen muy claro qué es lo que se necesita. Primero, más puntos de recarga y, por supuesto, con precios “asequibles”; después, más ayudas.

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