Los aerogeneradores ligados a Showa Denko tendrán cámaras para evitar choques de aves

Greenalia, que promueve dos parques para abastecer a la fábrica coruñesa en la zona de Carballo, defiende que las colisiones de animales serán “bajas”

A Coruña

El Estado publicó ayer su visto bueno ambiental a los parques Tornado y Orzar, promovidos por la empresa coruñesa Greenalia en la zona de Carballo para abastecer de energía a la fábrica de Resonac (hasta hace unos meses Showa Denko) en Agrela, si bien exige a los promotores que tomen medidas adicionales para garantizar la protección del medio ambiente y de las especies afectadas. En los muestreos realizados en la zona se encontraron dos especies de mamíferos voladores amenazadas, el murciélago grande y pequeño de herradura, además de otros quirópteros (que tienen una decena de refugios en la cercanía) y aves, y el Gobierno exige, entre otras medidas, colocar cámaras anticolisión.

Greenalia defiende que la posibilidad de choque de especies voladoras con los aerogeneradores es “baja” y que los incidentes serán por tanto “poco frecuentes”. La empresa promotora indica que los parques (que engloban zonas de Carballo y Tordoia en el caso de Orzar, y de estos dos municipios con Val do Dubra y Trazo para Tornado) no afectan a un corredor migratorio de aves, y que los terrenos no tienen “un interés ornitológico especial”. Las aves más frecuentes, señala Greenalia, son pequeñas y de vuelo ágil, por lo que podrán esquivar las palas, y se incorporarán algunas ideas expuestas en la fase de alegaciones por la Asociación Española para la Conservación y el Estudio de los Murciélagos.

Pero como condición para llevar a cabo el proyecto, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico establece que se deben incorporar sistemas para proteger a las aves potencialmente afectadas, como realizar un estudio de fauna durante las obras y paralizarlas si se encuentran refugios o nidos de especies amenazadas. Para evitar que los pájaros se electrocuten, se deberán instalar dispositivos especiales en los apoyos de la línea eléctrica.

El Ministerio también considera que el proyecto puede afectar a especies amenazadas, por lo que considera “necesario reforzar las medidas dirigidas a disminuir la probabilidad de colisión y la mortalidad” incluyendo apreciaciones de la Xunta. Se colocarán sistemas automáticos con cámaras para detectar “en tiempo real” el vuelo de las aves, y, si hay “riesgo de colisión”, se detendrán los molinos “con suficiente antelación para evitar el siniestro”. El parque “no podrá entrar en funcionamiento” hasta que el sistema esté funcionando en todos los molinos. También se pintará de negro parte de las aspas para disuadir a los pájaros.

En caso de que estas medidas no sean suficientes, el Estado impone un protocolo para “aerogeneradores conflictivos”, es decir, molinos que se detecte que están acabando con animales voladores. La Dirección Xeral de Patrimonio Natural de la Xunta, por su parte, pide que se establezca un protocolo y cronograma de parada o reducción de velocidad de los molinos “con objeto de reducir la posible mortalidad de murciélagos”.

En cuanto a otros parámetros ambientales, Augas de Galicia no prevé un impacto significativo en el sistema hidráulico, y no hay zonas protegidas o de interés paisajístico: la mayor parte del terreno se dedica a usos forestales o ganaderos, con zonas de plantaciones de eucaliptos y matorral. Pero el Gobierno establece que se deberán realizar estudios, y, en su caso, paralizar las obras si se encuentra vegetación de interés, e insta a Greenalia a respetar la orografía original del terreno, evitar la erosión y contaminación de las aguas y proteger bienes como cruceros, hórreos y yacimientos arqueológicos.

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