Lecciones visuales contra el vandalismo en A Coruña

Una señal de tráfico salpicada de pegatinas. Una papelera rota. Contenedores volcados o quemados. Pintadas en marquesinas del bus, buzones de correos, paneles informativos y mobiliario urbano. Grafitis en muros y puertas metálicas de bajos comerciales. Cristales rotos en tiendas y máquinas expendedoras. Son imágenes que por sí solas, sin explicaciones, hablan de vandalismo. Son las imágenes captadas con teléfonos móviles que alumnos y alumnas de 5º de Primaria del CPR Plurilingüe Calasancias de A Coruña han seleccionado para una exposición especial que inaugurarán el próximo lunes en su centro. La muestra es la acción social desarrollada por este centro al llevar a cabo un proyecto socioeducativo para la prevención del vandalismo entre los jóvenes que impulsan la Fundación Barrié en colaboración con la Asociación para a Prevención e a Educación Social (APES).

Calasancias es el colegio protagonista este año, que escogió una exposición fotográfica para concienciar sobre los actos vandálicos. Ayer sus alumnos ya tenían en sus manos las fotos en formato A3 que el lunes darán a conocer en el salón de actos, en un acto preparado por ellos mismos y sus tutores: con presentación en dos grupos, recorrido, explicación, imágenes en una pantalla, música urbana, preguntas para reflexionar sobre el vandalismo y agradecimientos. Estarán también sus familias, las de María, Aída, Ana, Antía, Sabela, Endert, Candela, Ricardo, Sara, Valeria, Iván, Icía, Mar, Noa, Chiqui, Naia, Martín, Sara, Alicia, Diego, Iago, Belén, Sergio, Mateo, Sofía, Alba, Diego Santiago, Eric, Iker, Santi, Rebeca, Irene, Miguel, Andrés, Luca, Mauro, Amy, Ana, Yeray, Álvaro y Víctor.

Hasta 80 fotos hechas por medio centenar de niños y niñas se presentaron a la fase de selección, en la que se escogieron 20. En octubre pasado la técnica de APES Raquel Rodríguez les impartió a los alumnos la primera de cuatro sesiones del proyecto #SenVandalismo; también tuvieron la visita de un agente de la Policía Local y de un recluso del Centro de Inserción Social. Con esta base, los estudiantes adquirieron conciencia del alcance de los actos vandálicos, visibles en plena calle, en sus barrios y cerca de sus casas. “En general, el vandalismo se traduce en grafitis, pero los niños aprendieron a identificar otros tipos de vandalismo y sus consecuencias, como accidentes, peligros en las calles…”, recuerda Rodríguez.

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Los profesores Alfredo García y Juan del Pozo participaron como coordinadores. En cuanto los alumnos optaron por la fotografía como hilo para conducir la práctica social, salieron a las calles para atrapar con sus móviles —o los de sus padres y madres— todo aquello que consideraron un acto incívico o vandálico. Así fueron apareciendo las papeleras y los contenedores rotos, las señales con desperfectos y, sobre todo, feas pintadas y grafitis que ensucian paredes, escaparates, bancos y otros elementos urbanos.

Después del trabajo de campo social vino la preparación expositiva o artística, una puesta en marcha “profesional” para dar realce a las imágenes en la muestra y crear un clima de contemplación y reflexión adecuado. “Queremos que cada persona consiga el objetivo de nuestro proyecto, que es concienciarse a no realizar y no participar en ninguna forma de vandalismo”, resume García. Las imágenes de sus alumnos sirven de lección.

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