El Concello recurre la autorización a Limpoil para su planta de aceites en la dársena de Oza
La instalación de la empresa, abierta en 2011, carece de licencia municipal, indica en su recurso | El pleno aprobó en enero una moción que propone trasladar la iniciativa al puerto exterior | Marea también recurre el permiso

Planta actual de Limpoil en la dársena de Oza, en la que pretende pretratar aceites. / Arcay/Roller Agencia
El proyecto de la planta de pretratamiento de residuos oleosos procedentes de buques presentado por la empresa Limpoil para su instalación en la dársena de Oza suscita el rechazo del Concello de A Coruña, cuyo Gobierno local ha interpuesto un recurso de alzada contra la decisión de la Consellería de Medio Ambiente de concederle la autorización ambiental integrada.
Limpoil recibió el visto bueno para su iniciativa el pasado 19 de diciembre, tras lo que el pleno municipal aprobó el 12 de enero —con el voto a favor de todos los grupos y la abstención del PP— una moción de Marea Atlántica que rechaza la ubicación de la planta en el lugar propuesto y defiende que se traslade al puerto exterior.
El recurso planteado por el Concello, que continúa la fase administrativa del proyecto, destaca que los promotores de la instalación no solicitaron una licencia urbanística municipal para ponerla en marcha, a pesar de que los primeros pasos para hacerlo se dieron en 2015. Cuando en 2018 se sometió a información pública, el Gobierno local ya advirtió de que Limpoil dispone de una planta en ese mismo lugar desde 2011 en la que tan solo recoge los residuos oleosos y que no dispone de “ninguna clase de título habilitante de naturaleza urbanística para su implantación”.
La entonces conselleira de Medio Ambiente y poco después candidata del PP a la Alcaldía, Beatriz Mato, aseguró en aquel momento que desconocía ese dato, al que calificó de “importante” y destacó que el Concello “es el único que puede cerrar ipso facto el expediente” a través del informe de compatibilidad urbanística. La tramitación del proyecto continuó, aunque a un ritmo muy lento, ya que la empresa tardó cinco años más en conseguir la autorización ambiental integrada, contra la que ahora recurre el Concello.
El recurso municipal no se centra sin embargo en la falta de licencia urbanística para justificar su rechazo de la autorización, ya que este aspecto es mencionado en último lugar de una relación de deficiencias que aprecia en el proyecto. Entre ellas figuran que en el documento no se identifica el punto de conexión de las aguas pluviales limpias de la cubierta del recipiente que albergará los residuos y la exigencia de medidas de prevención en la conexión de ese cubeto con la red de aguas residuales “para evitar un actuación humana errónea”.
También se reclaman actuaciones para evitar vertidos accidentales, como un plan de vigilancia mensual sobre la presencia de sustancias contaminantes en las aguas de acuerdo con la normativa municipal, así como la instalación de equipos de medición y registro del caudal de aguas hidrocarburos y conductividad. El Concello echa en falta además falta de especificaciones sobre la sección de control del proyecto y de su adecuación a la ordenanza de vertidos, así como del permiso de acometida. Otro de los defectos apreciados es la inexistencia de información específica necesaria para confeccionar el informe anual de la planta, en el que se detallen los registros de los separadores de aceites, los caudales de agua consumida y los de vertido.
Además del recurso de alzada del Concello, Marea Atlántica ha planteado otro, en el que considera como principal problema de la planta su proximidad a zonas de uso público como las playas de Oza y Santa Cristina, así como a los bancos marisqueros de la ría de O Burgo, por lo que considera que una negligencia o un accidente podrían causar un vertido contaminante perjudicial para esos espacios. También destaca que los residuos oleosos procedentes de los barcos serán transportados a la planta en camiones y que la propia Limpoil reconoce que no existe el “riesgo cero” de vertido en el proceso de bombeo de los vehículos a sus depósitos y que la empresa realizó vertidos.
El BNG reclamó por su parte a través de su diputada autonómica Mercedes Queixas “explicaciones” a la Xunta por la autorización concedida a Limpoil, cuya actividad considera “incompatible” con la ubicación propuesta y con la “protección de las necesarias garantías medioambientales y de protección de riesgos para la salud humana”.
Oleiros plantea su propio recurso al proyecto
El Concello de Oleiros presentó el pasado día 9 su propio recurso contra la planta de pretratamiento de Limpoil, que justifica por su “ubicación inadecuada”, su “incompatibilidad” con el plan de espacios del puerto y su “contradicción” con la tendencia actual de alejar de la ría de O Burgo los usos peligrosos. También considera que es posible situar la planta en un polígono industrial y critica la falta de detalles sobre la ubicación de las plantas de tratamiento en las que se depositarán los residuos. Oleiros aprecia además falta de justificación de la opción de la Xunta por una evaluación de impacto ambiental simplificada y alerta de la “posible caducidad” de la licencia concedida por el Puerto a Limpoil en 2011 para operar en Oza.
Añade que se minusvaloran los riesgos de un vertido en la ría y se califica de “totalmente vano y carente de rigor” el análisis del paisaje. Sobre las medidas de seguridad, denuncia la “total imprecisión” sobre los protocolos que deben aplicarse para evitar accidentes.
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