Pintura en A Coruña: Úbeda, 90 años de colores y sonidos en los lienzos

La galería Xerión dedica una muestra al maestro gallego, con más de 60 obras donde la música da sentido a la expresividad de su pintura

El pintor Rafael Úbeda, ayer en el estudio de su casa de Samieira en Poio, Pontevedra.   | // GUSTAVO SANTOS

El pintor Rafael Úbeda, ayer en el estudio de su casa de Samieira en Poio, Pontevedra. | // GUSTAVO SANTOS / R. D. Rodríguez

A Coruña

Rafael Úbeda Piñeiro (Pontevedra, 1932) pinta todos los días. Se despierta temprano, se encierra en su estudio y pide a su mujer, Mila, que nada ni nadie le molesten. Solo la música lo acompaña en su proceso creativo como inspiración, como motor que da sentido a su arte frente a lienzos que llegan hasta el techo, rodeado de frascos de pintura, pinceles, bocetos. Antes descansaba al mediodía y seguía pintando por las tardes; ahora no, ahora pasea mucho cerca de su casa de Samieira, en Poio (Pontevedra), descansa más tiempo. Tiene 90 años y su profesión no sabe lo que es el retiro, el arte no se jubila. Sesenta y cinco de sus obras se exponen desde hoy en la galería Xerión de A Coruña (avenida de Rubine, 17) hasta el 16 de marzo. Estará Úbeda en la inauguración, a las 20.00, y una violonchelista, para que sus cuadros sigan transmitiendo vida con los pinceles de la música.

“Su obra es vida, alegría, movimiento. Es muy variada, pero toda es muy agradable de ver”, resume Ana Souza, responsable de Xerión. Cuando la galería cambió de ubicación, hace siete años, otra muestra de Úbeda fue la primera individual de la nueva etapa, aunque el pintor ha prestado muchas de sus obras a exposiciones colectivas en la sala coruñesa. “Es un privilegio poder tener su trabajo, él es de los mejores pintores gallegos vivos, con obras en museos de todo el mundo”, añade Souza.

Cierto, la lectura del largo currículo de Rafael Úbeda puede hacer perder la cuenta de museos y recintos donde se han colgado sus cuadros, los premios que ha ganado y las distinciones que ha merecido. En A Coruña, por ejemplo, en el Kiosco Alfonso, la galería Vilaseco o el Palacio de María Pita se han visto obras suyas. “Me encanta la ciudad, sus gentes, su trato y el aprecio hacia la cultura que muestra”, transmite Úbeda, nada amigo de expresarse por teléfono, a través de su esposa. Madrid, Estrasburgo, Chicago, Managua y un largo etcétera de lugares han dado cobijo a su arte en museos y sedes de instituciones.

Los textos que repasan la figura y la obra del pintor pontevedrés coinciden en definirlo como un artista “multiforme”, en el fondo y en la forma: porque de un estilo inicial figurativo y paisajista pasó a cultivar elementos cubistas y geométricos de marcado cromatismo, y los lienzos los combinó con el papel, el cartón, los grabados, la tabla entelada y los murales, a los que ha dedicado una amplia labor.

El color resalta en sus creaciones, es vivo y expresivo, y se expone en íntima asociación con la música, tan apasionante en Úbeda como la pintura. Un arte y otro conviven en su obra, se dan sentido. El pintor, que fue catedrático de Bellas Artes, dedicó una tesis a profundizar en la relación que existe entre los sonidos y los colores, en cómo la música y la pintura caminan de forma paralela.

La inauguración de hoy en la galería Xerión reúne óleos y dibujos con técnica mixta y carboncillo realizados desde 1964 hasta el año pasado. Se sortearán obras y se servirá un cóctel.

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