Torres y edificios singulares de A Coruña: la unificación de criterios estéticos afectará a medio centenar

El mapa de A Coruña en el Plan General de Ordenación Municipal resalta en color naranja pálido las edificaciones residenciales singulares sobre las que el Gobierno local prepara una unificación de criterios estéticos para que las obras que en esos inmuebles se hagan no causen daños o alteraciones significativas. Se trata de determinar unas condiciones de tipo estético para que la aplicación de materiales de construcción, volúmenes, colores u otros elementos en futuras actuaciones, sobre todo en fachadas, respete el diseño de los edificios sin provocar graves o llamativas modificaciones. Estos inmuebles singulares se enmarcan en la norma zonal 1 del plan general, que comprende medio centenar de puntos repartidos por la trama urbana de A Coruña, desde barrios completos a edificios o grupos de edificios de viviendas concretos, además de chalés y hoteles.

Todo Os Rosales, Adormideras, Matogrande y el Barrio de las Flores están en esa norma zonal 1 en la que el Concello, a través de un estudio que le ha encargado a la Universidade da Coruña, aunará criterios estéticos. Son barrios con edificios diseñados con estilo arquitectónico homogéneo, muy parecidos unos a otros, para los que el Gobierno municipal quiere que las obras que se lleven a cabo en ellos no supongan transformaciones relevantes o provoquen posibles daños.

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Las dos áreas de Elviña a ambos lados de la avenida Alfonso Molina y la calle Salvador de Madariaga también presentan amplias zonas de viviendas en bloques de hasta catorce alturas con calificación zonal singular. Ocurre lo mismo en una zona de casas de cuatro plantas de Palavea, la más próxima a la salida de la AP-9; en los bloques de Os Mariñeiros en Peruleiro, reformados hace unos años en un área de rehabilitación integral; las ocho torres de los Marineros en Monelos; las cinco torres del Paseo de los Puentes; y algunos bloques del barrio de O Birloque junto al complejo polideportivo de Elviña.

Los rascacielos de la ciudad merecen también protección estética y las obras que en ellos se hagan deberán ajustarse a una guía de criterios: las torres Hercón o Costa Rica (31 alturas), Trébol (24), Galicia (23) y de los Maestros (22) en el Ensanche; las cuatro torres de San Diego (cada una con 22 plantas); el rascacielos junto a la antiguo comercio de Torres y Sáez en Linares Rivas (25); y la torre Efisa (20) en Cuatro Caminos.

En barrios como San Pedro de Visma hay también manzanas con la misma singularidad en las carreteras hacia Bens y O Portiño, o en Zalaeta alrededor del colegio Salesianos. A los bloques de viviendas de Nuestra Señora del Carmen y de María Pita en Labañou les corresponde la norma zonal, así como a un grupo de pisos de O Ventorrillo entre el centro de salud y el Ágora, a varios bloques de inmuebles en la avenida do Ferrocarril en el margen derecho de la estación de San Cristóbal, y al comienzo de la ronda de Nelle, detrás de la iglesia de San Pedro de Mezonzo.

El paseo marítimo presenta edificaciones singulares: en la calle Matadero, en As Lagoas (el edificio Mediodía y el bloque de fachada acristalada frente a la Casa de los Peces), en San Roque (otro inmueble de grandes ventanales próximo al colegio Calvo Sotelo) y en la zona de Pelamios en Orillamar.

Algunos hoteles de la ciudad presentan un diseño peculiar que los acredita en la norma zonal 1, por lo que se les aplicarían los criterios estéticos del estudio municipal, por ejemplo el Meliá María Pita y el Riazor, en el paseo marítimo, y el AC y Attica 21 en Matogrande. En calles como Manuel Murguía hay más de una edificación residencial singular, y también en Parque, Ramón del Cueto, Adelaida Muro, Paseo de Ronda, ronde de Nelle, Wenceslao Fernández Flórez, avenida de Arteixo a la altura de Vioño, plaza Padre Rubinos, Martinete, San Vicente de Elviña detrás de la facultad de Arquitectura, Pedralonga frente a la fábrica de armas, la avenida de A Pasaxe frente al Materno y la avenida de Montserrat. En esta zona tienen la misma calificación zonal los chalés adosados de Eirís en las calles Federica Montseny y Dolores Ibarruri.

El alcance de los criterios

Proteger edificaciones singulares de la ciudad frente a posibles desajustes estéticos es una medida beneficiosa para las construcciones, aunque conviene usar correctamente los criterios. Esta percepción la hace Óscar Pedrós, arquitecto y secretario de la delegación coruñesa del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG). Considera que las guías de criterios estéticos para obras deben hacerse “con criterio”, pero sin la pretensión de que se conviertan en norma “porque no lo son”. Apunta además que las intervenciones en este tipo de inmuebles singulares tienen un “alcance cultural”.

“Es un tema serio. Entiendo que la administración quiere controlar los diseños de estos edificios residenciales característicos, pero me pregunto hasta dónde llega el control de las guías y hasta dónde puede llegar la sensibilidad de los propietarios de las viviendas al realizar obras. Conviene tener cuidado con el alcance de los criterios porque si al final son coercitivos y se emplean como ley sin serlo, generarán debate en la concesión de las licencia de obra”, comenta Pedrós.

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