Defensa podrá imponer la ordenación de la Ciudad de las TIC de A Coruña mientras posea los terrenos

La Ley del Suelo estatal le permite controlar la regulación urbanística del complejo por estar aún afectado a la defensa nacional | Su informe sobre los proyectos tiene carácter vinculante

Vista parcial de la antigua fábrica de armas, futura Ciudad de las TIC

Vista parcial de la antigua fábrica de armas, futura Ciudad de las TIC / Carlos Pardellas

La posibilidad del Ministerio de Defensa de imponer importantes cambios a la Universidade da Coruñaen el estudio de detalle de la Ciudad de las TIC aprobado de forma definitiva el pasado jueves —que rechazan la reducción prevista de la edificabilidad, la dotación de amplias zonas verdes y las restricciones al tráfico rodado— son consecuencia de las disposiciones de la Ley del Suelo estatal de 2015, que permite a ese departamento gubernamental tener la última palabra sobre la ordenación urbanística de sus propiedades.

La Ley del Suelo y Rehabilitación Urbana establece que los instrumentos de ordenación urbanística elaborados para terrenos, edificaciones o instalaciones que pertenezcan al Ministerio de Defensa “deberán ser sometidos a informe vinculante de la Administración general del Estado a informe vinculante con carácter previo a su aprobación”. La futura Ciudad de las TIC se encuentra en esta situación, ya que ocupará los terrenos de la antigua fábrica de armas de la Empresa Nacional Santa Bárbara, que fueron arrendados a la institución académica mediante una concesión para la instalación de este centro tecnológico.

Pero Defensa se preocupó especialmente de conservar el control sobre este recinto mientras continúe siendo de su propiedad, ya que el contrato suscrito en 2020 con la Universidade da Coruña no solo obliga a la institución académica a abrir negociaciones para adquirir los terrenos antes de que transcurran cinco años, sino que advierte que hasta ese momento no serán desafectados de su uso para la defensa nacional. De esta forma, el ministerio se garantiza el poder de decisión sobre la Ciudad de las TIC mientras el suelo permanezca en sus manos, lo que condicionará hasta entonces las iniciativas que la Universidade pretenda poner en marcha.

La necesidad de reordenar el espacio antes ocupado por la fábrica de armas llevó a los responsables universitarios a convocar un concurso de ideas sobre el primero de los edificios que debían construirse en la Ciudad de las TIC, en el que se incluía además la elaboración de un estudio de detalle que propondría una nueva distribución de edificios, zonas verdes y viales.

El trabajo realizado por el equipo dirigido por el arquitecto Carlos Pita fue el seleccionado para esta tarea y planteó el aprovechamiento al máximo de las construcciones existentes, la reducción de la edificabilidad al 35% de la parcela en lugar de hasta el 60% que autoriza el plan general, la limitación del paso de vehículos por el interior, la instalación de amplias zonas verdes que incluirían un estanque y la construcción de un aparcamiento que podría ser utilizado como disuasorio los fines de semana.

El informe elaborado por el Ministerio de Defensa acerca de ese estudio de detalle impuso unas modificaciones de tal calibre que Pita y sus compañeros se negaron finalmente a firmar el trabajo que habían llevado a cabo, así como a redactar otro estudio de detalle que Defensa exigió elaborar en el plazo de tres meses para incluir el resto de edificaciones que se construirán en la Ciudad de las TIC. “El estudio de detalle que hicimos ya no existe, voló por los aires”, declaró Pita a este periódico.

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El análisis que realizó el Ministerio de Defensa sobre el estudio de detalle de la Ciudad de las TIC aprobado inicialmente en julio de 2021 obligó a retirar las alusiones que contenía a que los valores de ocupación del suelo y edificabilidad en los terrenos que autoriza el plan general son “totalmente desproporcionados”, como había destacado el equipo de Carlos Pita. El ministerio consideró que el documento reducía el aprovechamiento urbanístico de la antigua fábrica de armas al no incluir en su ordenación todos los edificios que podrían construirse, lo que entendía como una disminución del “valor inmobiliario” de los terrenos que sería “claramente lesivo para el valor del patrimonio afectado al Ministerio de Defensa”.

Aunque la Universidade replicó que con un estudio de detalle no se puede reducir la edificabilidad de una parcela, ya que esa actuación debe llevarse a cabo mediante un cambio del plan general, y que el resto de las construcciones que sería posible levantar pueden incorporarse mediante nuevos estudios de detalle, Defensa no dio su brazo a torcer. Aunque admitió que el estudio de detalle no puede rebajar la edificabilidad, destacó que “sí puede disminuirla de facto, que es lo que acontece en el presente caso”.

También advirtió que si en algún momento se quisiera ampliar la edificabilidad, habría que redactar un nuevo estudio de detalle, demoler algunos edificios propuestos en el trabajo de Carlos Pita y ampliar otras construcciones que planteaba la Universidade y ampliar otras. El ministerio se opuso además a las extensas zonas verdes y al aparcamiento público previstos en el estudio de detalle inicial.

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