El proyecto de Vío cumple 20 años a la espera de inquilinos y la cuarta ronda

El terreno en el parque empresarial que debía retener la expansión de la industria en el municipio se vende por la mitad de precio que en Agrela | Vío ha recibido a tres empresas, una de las cuales solo estuvo un año

Carreteras de acceso al polígono de Vío.   | // VÍCTOR ECHAVE

Carreteras de acceso al polígono de Vío. | // VÍCTOR ECHAVE / Enrique Carballo

En 2003, el entonces alcalde Francisco Vázquez anunció la creación de un nuevo polígono empresarial en Vío, que debía dar solución a la demanda de suelo industrial en la ciudad. Contaba que pasarían unos 30 meses hasta que se instalase la primera empresa, pero los planes han quedado muy lejos de lo prometido. Tras dos décadas, el parque permanece mayoritariamente desocupado, y, mientras que el Gobierno local calculaba en 2006 que el metro cuadrado se colocaría en torno a los 420 euros, en las parcelas con precio público a la venta el precio es ahora, de media, de 260 euros. Esto es, un 38% por debajo de lo previsto, pese a la inflación que ha encarecido los precios de todo desde entonces.

El dato proviene del portal inmobiliario Ingestin, de referencia en Galicia en cuanto a suelo industrial, que muestra una quincena de fincas a la venta para el parque que suman algo menos de 137.000 metros (aunque en dos tercios el precio no figura públicamente). El parque tiene una superficie útil de algo menos de 700.000, con lo que es aproximadamente una quinta parte. Varias de las fincas llevan más de un lustro a la venta, y no se ofrece al comprador ninguna edificación.

Esta amplia oferta coincide con la falta de suelo sin inquilinos en los otros dos parques empresariales del municipio. En Pocomaco, ya saturado, no hay fincas libres a la venta, y en Agrela solo hay dos parcelas por edificar, una muy pequeña para fines industriales. La más extensa, de algo más de 8.700 metros, se ofrece por 4,5 millones, es decir, unos 517 euros por metro cuadrado o el doble la media de Vío. Por comparación, la parcela más cara en este segundo polígono cuesta algo menos de 3,9 millones y tiene 14.400 metros.

La historia reciente de Vío se remonta a finales de los 90, cuando el Concello, con Vázquez en la Alcaldía, cambió el plan general para unir dos parcelas y crear un único parque comercial e industrial. En 2003 el regidor anunció el proyecto de desarrollo del parque, y optó por el modelo de inversión privada a través de una concesión municipal, con un modelo semejante al que se suele emplear para en la construcción de aparcamientos públicos.

La participación se repartió al 50% el fundador del grupo de juego Comar, José Collazo, a través de Promotora de Viviendas Urbanas, que urbanizó el espacio. La otra mitad correspondía al empresario Manuel Jove, y el contrato daba libertad a los concesionarios para negociar el precio del metro cuadrado expropiado.

La previsión era que albergase el gran centro logístico de transporte que acabó en Ledoño, y Vázquez pronosticaba que las fincas se agotarían “en cuanto salieran a la venta”. En 2006, el Gobierno local aprobó la urbanización y, al año siguiente, calculó que estaría listo para 2011. El alcalde de entonces, Javier Losada, señalaba que las primeras naves abrirían ese año, habló de 3.000 puestos de trabajo directo y alabó el proyecto como una forma de impedir la fuga industrial a otros municipios.

Pero la década de 2010, ya con la crisis paralizando todo, sería la de la gran decepción para el parque. Pese al final de los trabajos de urbanización, las empresas no mostraron interés en comprar fincas. En 2013, con el cambio de Gobierno local y la llegada del popular Carlos Negreira a la Alcaldía, el Ayuntamiento pactó con el Puerto que este declarase al polígono como espacio de promoción privada ZAL, una iniciativa para vincularla a las empresas que se asentasen en el puerto exterior.

Pero la única empresa en construir una nave en esa década fue Caramelo, propiedad de Jove, que entró en 2015 pero quebró en 2016. A comienzos de 2021, tras un lustro con el polígono vacío, la alquiló Facet Filtration Group. Ese año se anunció otra incorporación, la de Prosaga, que se trasladó desde Pocomaco. Por lo demás, el parque no tiene uso empresarial: a finales del año pasado la Policía Local intervino para interrumpir reiteradas y masivas carreras ilegales.

Falta de conexiones y Morás

El gran problema del desarrollo de Vío, para sus promotores, ha sido la conexión. Vío se encontraba próximo a varias vías pero carecía de conexión exclusiva: el primer plan del Ayuntamiento era que el tráfico entrase por Pocomaco, lo que suscitó quejas de los empresarios de este polígono, que temían una saturación que finalmente no se produjo. La falta de infraestructuras dificulta que entren empresas que precisen un gran volumen de desplazamientos.

Los promotores de Vío reclamaron una conexión con la cuarta ronda, una infraestructura que de cualquier forma no se ha concretado. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, prometió en 2022 que el diseño de esta infraestructura se licitaría en el primer semestre de este año. El actual Gobierno local defendió que “el eje fundamental de Vío tiene que ser la cuarta ronda, evidentemente”. El año pasado afirmó que estaba trabajando en un proyecto del vial de acceso, coordinándose con la Dirección General de Carreteras, para un acceso que evitase Pocomaco.

Otro de los problemas que enfrenta Vío es la competición con el polígono de Morás, en Arteixo, promovido por la Xunta y que, aunque tuvo sus propios problemas de sobrecostes y retrasos, sí está recibiendo empresas. El impulso se lo dio Estrella Galicia, que compró suelo en 2018 tras años sin que ninguna compañía mostrase interés excepto por Aluman, y que ha empezado las obras de su nueva planta. Desde entonces, se incorporaron más firmas como Progando, Auxiembal, Fixagal, Kusilas o Céltiga de Montajes; Carechem Distribución y Transportes Galastur ya han empezado obras, y la Xunta impulsa ahora la tercera fase del polígono.

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