Un puente a León en la calle Noia

Los socios de la Casa de León en A Coruña, desde donde promueven actividades relacionadas con sus raíces, se preparan para el partido entre la Cultural Leonesa y el Dépor de este domingo

Este fin de semana, un millar de coruñeses recorrerán los 300 kilómetros que separan Riazor del Estadio Reino de León para acompañar al Dépor en un choque fundamental contra la Cultural Leonesa que, en función de cómo se desarrolle la jornada, puede darles el liderato. En A Coruña, mientras tanto, ocurrirá lo contrario. En el número 50 de la calle Noia, un grupo de leoneses, de nacimiento o de corazón, presenciarán el encuentro por televisión. Son los socios de la Casa de León, una institución refundada en la ciudad en 1988 pero que tiene sus raíces en 1914, cuando fue constituida por Andrés Martínez Salazar, figura que la institución se esfuerza en reivindicar. Un lugar, en definitiva, a través del cual la diáspora leonesa puede sentirse un poco más en casa, y un auténtico epicentro de exaltación de lo leonés que sirve de catalizador del arraigo para las más de 200 familias asociadas, y de donde salen los mejores consejos para descubrir una ciudad que todavía sienten como suya.

“En León se pueden hacer muchas cosas. Descubrirla caminando con toda la tranquilidad, simplemente dejándose llevar. En menos de dos kilómetros puedes ver el románico, el gótico; el barrio Romántico, el barrio Húmedo, la Diputación, el palacio de los Guzmanes...”, enumera uno de sus socios, Manuel Fuentes, que, confiesa orgulloso, no es de León, sino del Bierzo. Porque lo que une a los socios de la institución no es la cuna, sino el amor por las raíces: las del que nació en la ciudad o las del que vivió en ella una década. Si se les pregunta, les faltan dedos para contar los itinerarios que podría seguir el visitante: si se dispone de días, aconsejan las Cuevas de Valporquero, las Médulas, las montañas de León, Villafranca del Bierzo o Astorga. Para comer, imposible decidirse: “El botillo, por supuesto, pero nunca solo, siempre en familia, en comunidad. Y todo el año. Y sino, el cocido maragato, primero la carne y luego la sopa; o la morcilla, que es un poco picantina, diferente a la de Burgos,”, advierten. No tendrá problema, tampoco, el que vaya a León con los ahorros justos, porque allí “con una tapina comes, porque son gratis y generosas”. En el terreno deportivo, entre los socios se reparten las devociones: simpatizan con el Dépor, pero siguen de cerca los pasos de la Cultu, “que no se dice la Leonesa”, advierten. Otros optan por la Ponferradina, y a muchos, confiesan, les tira el Atleti. Por delante, deseos por cumplir —“hace años que no hay forma de jugar la promoción y los que estamos fuera también queremos presumir de nuestra Cultu”, reclaman— y alguna cábala al aire: “Que gane el Dépor es lo que conviene, que al menos tiene opciones de ascender”.

En el local de la calle Noia tienen el corazón dividido entre la “capital del Viejo Reino” y la ciudad que les acogió. Un vínculo que buscan hacer “transversal” en todos los aspectos: allí se lee la prensa local coruñesa, pero también el Diario de León; se celebran jornadas gastronómicas como la exaltación del botillo, que renueva edición a principios del próximo mes, o se programan actos como la presentación del volumen Juan Bautista Aznar. Un marino en la Corte de Alfonso XIII, que, precisa el presidente del centro, Avelino Abajo, “era coruñés”. Su nieto y autor del volumen, Luis Aznar, oriundo de León, traerá de vuelta la historia de su abuelo a A Coruña. Pero de cara al domingo, y en un aspecto de la vida un poco más frívolo, solo un reclamo unánime: “Que la buena relación que siempre ha habido en todos los aspectos, se mantenga también en las aficiones. Que haya hermanamiento, camaradería”, concluyen.

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