El calor que viene del subsuelo

La provincia de A Coruña presenta el 43% de las solicitudes de ayudas convocadas por la Xunta para instalar este sistema de energía en las viviendas particulares

El número 14 de la calle Fernando Macías, primer edificio residencial con geotermia en la ciudad.   | // VÍCTOR ECHAVE

El número 14 de la calle Fernando Macías, primer edificio residencial con geotermia en la ciudad. | // VÍCTOR ECHAVE / Gemma Malvido

Cada obra plantea retos y soluciones diferentes, así que a la hora de hablar de la implantación de geotermia, dar un precio estimado de la colocación del sistema es complicado. Depende de muchos factores, como si es para un edificio o para una casa unifamiliar, si hay terreno cercano en el que poder excavar para llegar a ese lugar del subsuelo en el que se puede aprovechar el calor para calentar las viviendas o si hay que buscar soluciones más complejas, en caso de que se trate de un edificio ya construido en una zona compacta. A pesar de ello, el director de estudios de la empresa Desarrolla, Ricardo Rubí, explica que la inversión inicial suele amortizarse en los primeros “seis o siete años de funcionamiento”.

Aunque por ahora no es una tecnología predominante ni en las nuevas obras ni en las reformas, el director del departamento de Energía del Instituto Enerxético de Galicia (Inega), Juan Rodríguez, explica que la Xunta tiene líneas de ayuda abiertas para la instalación de estos sistemas desde 2015 y que, desde entonces hasta 2021, se han concedido más de 700 ayudas, tanto para particulares como para empresas, con un valor superior a seis millones de euros.

Entre 2022 y lo que va de 2023, se han presentado más de 500 solicitudes de subvención de estos sistemas, aunque la convocatoria sigue abierta y no se han resuelto las peticiones, por lo que no hay datos definitivos de concesiones. Aproximadamente el 43% de las solicitudes formuladas por particulares (de un total de unas 500) se corresponden con vecinos de la provincia de A Coruña y, en el caso de las empresas (de un total de 25), aproximadamente el 36%.

Aunque hay varias líneas de subvención abiertas y cada caso presenta retos diferentes, según explica Rodríguez, se puede tomar como referencia la ayuda de 2.250 euros por kilowatio térmico, con un valor de subvención máximo de 13.500 euros por vivienda para particulares. “Si necesitamos 20 kilowatios térmicos, son 45.000 euros, con lo cual, si el máximo es de 13.500, cubriría casi un tercio del precio”, dice Rodríguez.

La empresa Desarrolla fue la encargada de construir —aunque recuperando su fachada histórica y protegida —el primer edificio residencial de la ciudad con esta tecnología incorporada, en el número 14 de la calle Fernando Macías. “Hasta la fecha, la utilización de energía geotérmica en edificación se limitaba casi exclusivamente al ámbito de la vivienda unifamiliar, pero en los últimos tiempos su empleo como energía renovable para calefactar edificios residenciales o de otro uso es cada vez más frecuente. No hay ningún factor que impida el empleo de geotermia en el ámbito comunitario, simplemente habrá que dimensionar la instalación para la demanda requerida”, explica Rubín, que defiende, además que este sistema de calefacción es de los más eficientes que existen, ya que no depende de factores externos, como que haga viento o sol, ya que el subsuelo mantiene una fuente de calor constante (entre 15 y 18 grados). Destaca, además, que este tipo de sistemas “consumen alrededor de un 70 u 80% menos que los convencionales y que tiene un bajo coste de mantenimiento y una larga vida útil”.

“Galicia presenta unas condiciones en su subsuelo muy favorables para los aprovechamientos geotérmicos”, comenta Rodríguez, que hace hincapié en que, antes de decidirse por invertir en esta tecnología —tanto en el caso de particulares como en el de empresas— es necesaria la realización de un “estudio de la viabilidad y de la rentabilidad” de esta alternativa, ya que habrá que tener en cuenta la demanda que se necesita, cuál es el uso del inmueble y qué posibilidades hay de excavar en las inmediaciones para realizar los pozos de captación de energía geotérmica, entre otras variables. “Normalmente, la implementación de este sistema en edificios existentes en ámbitos urbanos va asociada a la captación de geotermia en un terreno próximo al edificio o, si no existiese ese terreno, habría que valorar alternativas, no en la propia cimentación para no generar problemas, pero sí en la zona de la base”, comenta Rodríguez, que explica que en el ámbito urbano y sin terreno disponible cercano, “la complejidad del proyecto es mayor”.

Suscríbete para seguir leyendo