SI NO LO LEO NO LO CREO

Un gesto de deportividad en el hockey infantil

Antón Peruleiro

El fair play de un equipo alevín de hockey coruñés alivió la semana pasada los fallos mecánicos del polideportivo de Riazor. Su bocina está estropeada, y, en un partido del domingo, el equipo local marcó en tiempo de descanso. El árbitro lo dio como bueno porque no había oído la señal, pero, tras el descanso, los jugadores se quedaron quietos sobre sus patines, y el portero abandonó su puesto, para permitir un tanto a sus rivales. Un gesto para el que no encontramos igual desde la conquista de México en 1519, cuando los nativos de Tlaxcala enviaron comida a Cortés avisándolo de que lo atacarían al día siguiente. Y hasta ese fue un acto menos desprendido que el de los chicos, ya que eran caníbales.