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Seis obras que no te puedes perder en la muestra de Picasso en A Coruña

Retratos de infancia, de sus mujeres y modelos, bodegones y dibujos preparatorios son piezas imprescindibles de la muestra en Belas Artes que repasa la huella coruñesa del genio

'Maya con muñeca', obra de Picasso. Pablo Picasso. Maya à la poupèe, 1938. Óleo sobre lienzo 73,5 x 60 cm MP170 © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2023 Localisation: Paris, musée national Picasso – Paris Photo (c) RMN-Grand Palais (Musée national Picasso-Paris) / Adrien Didierjean. Caricaturas XX3

Los artistas se conocen, explican y comprenden a través de sus obras. Los lienzos de un pintor son el texto que sitúa sus creaciones en un momento y un lugar concretos, que muchas veces definen la trascendencia de ese trabajo. La exposición que hoy se inaugura en el Museo de Belas Artes de A Coruña y conmemora los 50 años del fallecimiento de Pablo Picasso permite ahondar en el peso que la formación artística del pintor en la ciudad durante parte de su infancia tuvo en toda su obra posterior. Picasso branco no recordo azul, comisariada por Malén Gual, Rubén Ventureira y Antón Castro, reúne 120 piezas relacionadas con el artista malagueño, 68 de ellas obras propias. Todo es interesante en la muestra, aunque resulta imprescindible detenerse en unas cuantas obras especiales para comprender la magnitud de su talento y el alcance de su huella.

Hombre con boina (A Coruña, 1895). Es una de las obras más importantes del periodo coruñés, de estilo realista. Se expuso en escaparates de tiendas de la calle Real y la prensa local se hizo eco de este y otros lienzos, lo que “reforzó la autoestima del joven Picasso y le animó a profundizar en sus investigaciones artísticas”, apunta Malén Gual. Es el retrato sobrio de un hombre con expresión seria e imponente barba, con una parte del rostro en sombra. Es una de las primeras telas en las que el pintor utiliza el óleo en un formato algo superior (50,5 x 36 centímetros) al que era habitual en él. Forma parte de la colección permanente del Museo de Barcelona.

Naturaleza muerta con instrumentos musicales sobre una mesa (París, 1913). Son variadas y de diferentes estilos las naturalezas muertas de Picasso. Esta, de la etapa cubista, tiene un enlace temático con su etapa formativa en A Coruña a través de la gaita gallega mezclada en el bodegón con otros elementos en un frutero en el que hay más instrumentos de música vinculados a su infancia. En su estancia en la ciudad había dibujado un gaiteiro, gaitas y una romería.

Estudio para la cabeza de caballo (París, 1937). Es un dibujo preparatorio para el Guernica, el gran mural que se le encarga a Picasso a petición del Gobierno de la Segunda República Española para ser expuesto en el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París. El pintor encuentra el motivo en el bombardeo de la localidad vasca de Guernica en abril de ese año, cuyas imágenes ve en la prensa francesa. Realiza muchos estudios previos para reflejar “el horror de la guerra”. Este estudio dirige al cielo la cabeza del caballo con la boca abierta y la lengua en pico, con una mirada y un gesto que transmite “dolor, angustia e impotencia”, sugiere Gual.

Maya con muñeca (París, 1938). Esta obra tiene relación con otro retrato de la hermana de Picasso, Lola, con una muñeca en 1895. “Retrata siempre a la gente que quiere”, explica Gual. En este caso es su hija Maya, “dibujada y pintada con ternura” en una etapa de su obra “mucho más agresiva”. No es un cuadro cubista, aunque presenta herencia del cubismo en la deformidad del rostro de la niña y en la combinación de lo frontal de sus ojos con el perfil de su boca y nariz, así como en los planos geométricos trazados en las piernas y en la falda. Maya fue fruto de la relación de Picasso con Marie-Thérèse Walther, su compañera entre 1927 y 1944.

'Naturaleza muerta con instrumentos musicales sobre una mesa'. Pablo Picasso. Nature morte aux instruments de musique sur une table, Paris, Automne 1913. Crayon graphite et aquarelle sur papier 31,5 x 23 cm. Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte, Madrid. En prêt temporaire au Museo Picasso Málaga © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2023 © FABA Photo: Hugard & Vanoverschelde

Mujer sentada con sombrero (1939). En esta época son varios los retratos femeninos que hace Picasso. Según Gual, en el que se podrá ver en Belas Artes, el artista mezcla los rasgos de dos de sus mujeres, Walther y Dora Maar, con elementos del rostro “muy sacados de lugar pero todo muy compuesto”, en el que las rayas representan el horror de la guerra. Las dos mujeres son la inspiración de otros retratos del mismo año, género que forma parte de los capítulos temáticos de la muestra coruñesa y que Picasso asume sin seguir convencionalismos ni enfoques psicológicos, sino jugando con morfologías y rasgos.

El pintor y la modelo (1963). En las décadas de los años veinte y treinta es recurrente en Picasso retratar a pintores con sus modelos, que recupera en los últimos años de su vida. Esta obra de 1963 es una “autorrepresentación”, con Jacqueline Roque como modelo tumbada en un diván. Picasso decía que al pintar pintores se inspiraba en su padre, presente de algún modo en este lienzo con el rostro barbudo metamorfoseado y el jersey de rayas horizontales que identifica al propio pintor.

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