Los interiores en obras del Cine Avenida

La reforma, que permitirá parte de las oficinas de Abanca, tiene un plazo de ejecución de dos años en A Coruña

Obreros trabajan en el interior del antiguo Cine Avenida (visto desde la Estrella).   | // VÍCTOR ECHAVE

Obreros trabajan en el interior del antiguo Cine Avenida (visto desde la Estrella). | // VÍCTOR ECHAVE / REDACCIÓN

RAC

Las obras en la vía pública suelen estar a la vista de quien pasa junto a ellas, pero en los edificios hay más celo a dejar ver cómo se trabaja dentro de ellos, cómo se transforma o rehabilita su interior. La enorme lona que cubre la fachada del antiguo Cine Avenida en el Cantón Grande de A Coruña impide comprobar cómo se actúa en su frente principal, qué ocurre entre sus paredes y a qué ritmo avanzan los trabajos promovidos por su propietario, Abanca, que convertirá el inmueble en sede de parte de sus servicios centrales. La reforma, de mucho calado, tiene un plazo de dos años, por lo que la previsión es que finalice en 2024. Con la puerta trasera abierta en la calle Estrella, se pueden comprobar los avances en la rehabilitación.

La estructura interna del Cine Avenida presenta un estado aún desgastado, producto del largo tiempo que el inmueble estuvo en desuso, 15 años hasta que comenzaron las obras. El piso sobre el que caminan los obreros es de tierra y barro y hay andamios, tuberías, cableado, casetas de distinto tamaño, bloques de cemento, carretillas, trozos de madera y otros elementos de obra.

Los trabajos en la futura sede de las oficinas centrales de Abanca, que compró el edificio en 2007 al fundador de Inditex, Amancio Ortega, tienen un coste de 3,9 millones de euros. La obra respetará los elementos originales de la fachada y mantendrá, rehabilitada, la sala de proyecciones del cine, que será un lugar de trabajo y exposiciones. La previsión del propietario del inmueble es exponer algunas de las obras que forman parte de la colección de Abanca, que fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC), en octubre de 2015, para garantizar su conservación. Trabajarían allí entre 150 y 200 empleados, según las estimaciones. El proyecto de rehabilitación del inmueble está firmado por la arquitecta coruñesa Elsa Urquijo, quien ha trabajado con Inditexen múltiples iniciativas, como la construcción de la residencia de la institución benéfica Padre Rubinos o la adaptación del espacio portuario para las exposiciones de Lindbergh y Meisel. El inmueble, de 30 metros de altura, fue proyectado en 1937 por el arquitecto Rafael González Villar, aunque no abrió hasta 1941 y proyectó cine hasta 1997. Tras comprárselo a Ortega, Abanca realizó varias actuaciones en los últimos años para garantizar la seguridad del edificio debido a su deterioro.