El legado de Pardo Bazán, en cajas durante más de dos años por falta de acuerdo para exponerlo en A Coruña

La Real Academia Galega defiende que buscó, sin éxito, alternativas con Xunta, Diputación y Concello para poder mostrar el material de la casa museo mientras dure la obra en Tabernas

Recogida y protección de piezas de la Casa-Museo Emilia Pardo Bazán. |   // CEDIDA RAG

Recogida y protección de piezas de la Casa-Museo Emilia Pardo Bazán. | // CEDIDA RAG / Gemma Malvido

La Casa-Museo Emilia Pardo Bazán dejó de recibir visitas en el mes de julio de 2022 y, en septiembre, se inició la mudanza para que todos los fondos del número 11 de la calle Tabernas, sede no solo de la casa museo sino también de la Real Academia Galega (RAG), se fuesen a Pocomaco, ya que durante 19 meses se someterá a un proceso de rehabilitación integral para solventar las deficiencias que presenta el inmueble. El vicesecretario de la Real Academia Galega, Xosé Henrique Monteagudo, explica que, aunque estuvieron en negociaciones con Xunta, Diputación y Concello para evitar que el legado de Pardo Bazán se quedase más de dos años en cajas —los 19 meses de las obras, que todavía no han empezado, el mes de agosto en el que nunca abre y los meses en los que no se pudo visitar en 2022 para preparar y ejecutar el traslado— no fue posible llegar a un acuerdo para exponerlo, ni siquiera, parcialmente.

“Los fondos de la casa museo están guardados y no hubo ninguna posibilidad de ir a una instalación provisional”, explica a este diario Monteagudo, que avanza que la Real Academia ya había “descartado” buscar una alternativa a tener el material embalado hasta que se produzca la mudanza de vuelta a la calle Tabernas. Todo esto, después de que en 2021 se celebrase el año Pardo Bazán (para conmemorar el centenario de su muerte) en la ciudad, con más de cuarenta de actos y conferencias sobre su vida y su obra.

“Todo el trabajo de traslado, de empaquetado, de instalación... si la obra se hace en el plazo que nos dieron, que son 19 meses, ya no vale mucho la pena volver a desembalarlo todo. De todas maneras, después de intentarlo con distintas instituciones, como la Xunta, el Concello, y la Diputación y a la vista de que no encontramos ninguna posibilidad, renunciamos, porque no había manera de conseguirlo”, lamenta Monteagudo.

Este diario consultó a las tres administraciones sobre las posibilidades ofrecidas a la Real Academia Galega para poder seguir prestando el servicio de visita a la casa museo. La Consellería de Cultura alega que no recibió “ninguna petición formal” por parte de la RAG para que el legado de Pardo Bazán —que consta no solo de sus muebles y sus efectos personales sino también de una biblioteca de más de 8.000 volúmenes— pudiese ser visitado durante los meses de obras. En el último año completo que la casa museo estuvo abierta, 2019, la visitaron una media de 500 personas al mes, más de 6.200 en total.

“En todo caso, la Consellería de Cultura apoya cada año a la Real Academia a través de convenios de colaboración con dotación económica. De hecho, este año se firmó un convenio de carácter extraordinario con una partida de 300.000 euros durante este año y los siguientes para contribuir a su funcionamiento mientras se llevan a cabo las obras de la calle Tabernas. Con esta partida extraordinaria, la Academia puede hacer frente a labores de museografía, entre otras que considere”, explica la Consellería de Cultura. Esta partida de 300.000 euros, anunciada en octubre de 2022, se hizo efectiva para costear la mudanza de los fondos de la Real Academia y de la casa museo a una nave privada en Pocomaco, donde fue necesario realizar obras para poder guardar este material histórico.

La reforma integral del edificio de Tabernas empezó a gestarse en 2015, cuando un estudio sobre el estado de la estructura del edificio —para solicitar unas ayudas europeas para el cambio del sistema de calefacción— desveló que había daños en el inmueble y riesgo real “de derrumbe parcial” en algunos espacios del edificio. La entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, se comprometió a pagar la reforma integral del edificio, aunque las obras no salieron a concurso hasta siete años después, en julio de 2022.

Finalmente, la adjudicación se formalizó el 9 de marzo de este año a la empresa Extraco-Misturas, que ejecutará los trabajos durante 19 meses. Para poder iniciar las obras, la RAG y la Casa Museo Emilia Pardo Bazán tuvieron que vaciar el edificio y encontrar una nueva sede provisional. No fue fácil, ya que el interlocutor prioritario de la Academia, el Concello, no le ofreció un espacio que se adaptase a sus necesidades, la Xunta propuso trasladar los fondos a la Cidade da Cultura, aunque esa variable no estaba en los planes de la institución, que abogaba por mantener su sede en A Coruña. Al final, la Academia encontró una nave en el mercado privado que satisfacía sus necesidades, tanto de espacio como de seguridad, en el polígono de Pocomaco, que es desde donde está prestando servicio desde que empezó este año.

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