Espacios públicos recuperados

El Concello ha querido hacer de la recuperación de símbolos como el kiosco de la plaza de Ourense o el Millenium una seña de identidad

El Millenium, los caballitos y el reloj floral.

El Millenium, los caballitos y el reloj floral. / REDACCIÓN

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Recuperación de espacios públicos ajardinados, arreglo de relojes emblemáticos del coruñesismo, transformación de áreas de referencia de la ciudad... El Concello parece haber identificado en la reincorporación de símbolos vinculados al recuerdo emocional de los vecinos una seña de identidad.

El Millenium es uno de estos elementos. El obelisco, legado del artista Gerardo Porto, había permanecido apagado once años, una década después de su inauguración en el año 2000 para celebrar la entrada en el nuevo milenio. Este gran símbolo del sector oeste del paseo marítimo se había mantenido a oscuras hasta finales del año pasado, y el Gobierno municipal culminaba los trabajos de renovación del circuito de iluminación del monumento. Veinte años después de su inauguración, el Millenium se renovaba a los nuevos tiempos, e incorporaba la iluminación led con más de 40 bombillas led, dentro de las exigencias más eficientes de sostenibilidad, con la opción además de ser reguladas por control remoto.

Esta intervención ejemplifica la política del Concello de recuperar progresivamente símbolos, espacios públicos y monumentos emblemáticos, que por el paso del tiempo o por falta de cuidados se habían deteriorado.

Los Jardines de Méndez Núñez, que desde enero del 2020 ostentan el estatus de Zona de Especial Protección, puede ser otra de las referencias municipales. Primero, se devolvió la estatua de Emilia Pardo Bazán a su emplazamiento original. El monumento, que se instaló en 1916 en los jardines, llevaba quince años encerrado en un taller municipal del polígono de Agrela. Cuando el Gobierno municipal erradicó hace tres años el fenómeno del botellón en Méndez Núñez, la estatua original de Pardo Bazán volvió a su lugar original.

“El regreso de la estatua de Pardo Bazán tuvo una alta carga de simbolismo porque supuso el punto de partida para la recuperación de todo el conjunto de los jardines, un enclave que es historia viva de la ciudad desde mediados del siglo XIX”, subraya Inés Rey. Tras Pardo Bazán, fue el turno de la Rosaleda, el estanque, el establecimiento hostelero Copacabana y el reloj floral, que incorporó una nueva maquinaria para resistir mejor las inclemencias meteorológicas.

Espacios públicos recuperados

Espacios públicos recuperados / REDACCIÓN

El reloj floral de Méndez Núñez no ha sido el único en concentrar la atención del Concello. En marzo del 2021, el reloj de la torre central del Palacio Municipal de María Pita, del año 1911, abrió camino a un plan de rehabilitación que también sacó lustre al reloj del Obelisco (1895) y al reloj monumental del IES Eusebio da Guarda (1889). Las intervenciones se están llevando a cabo con el asesoramiento de un equipo de restauradores formado por especialistas en relojería de antigüedad, y aparentemente aún no han terminado. “Nuestro objetivo es dar inicio, este año, a la recuperación, del reloj del edificio del Consulado de la calle Panaderas”, agrega Inés Rey.

Jardín de San Carlos

También otras zonas ajardinadas han seguido esta misma filosofía municipal. En noviembre del año pasado, el Concello reabrió el jardín de San Carlos tras terminar las obras que permitieron la recuperación del trazado original del recinto, que se remonta al año 1834, cuando se transformó el antiguo baluarte en un área verde de inspiración romántica, creada en torno a la tumba del gran héroe de la ciudad en la Guerra de Independencia, Sir John Moore.

“Buena parte de los trabajos de botánica se llevaron a cabo de forma manual. Y la mejora integral de los espacios ajardinados y la apuesta por las nuevas tecnologías para la oferta informativa y divulgativa que también abarca lectores inclusivos en braille, venimos de sumar una nueva intervención que redondea la recuperación de San Carlos: la plantación de tres olmos resistentes a las plagas de grafiosis”, detalló la alcaldesa.

Espacios públicos recuperados

Espacios públicos recuperados / REDACCIÓN

Una segunda vida para el kiosco de la plaza de Ourense

Este rescate de símbolos coruñeses incide fundamentalmente en aspectos emocionales, aunque también han comprendido actividades de acción social. Por ejemplo, desde diciembre pasado, y gracias al convenio rubricado entre el Concello y la Asociación Pro Enfermos Mentais (APEM), trabajadoras y trabajadores usuarios de dicha entidad están gestionando la explotación de los clásicos caballitos de Méndez Núñez, que comenzaron a rodar por los jardines desde los años 60.

Esta apuesta por la inclusión laboral global, se había iniciado ya meses atrás con la preparación del bocadillo de calamares más popular de la ciudad: el que día a día, desde julio del 2021, elaboran en el Quiosco Down Experience de la plaza de Ourense. “Recuperar el quiosco y hacerlo a través de esta iniciativa con Down Coruña fue algo de lo que estoy especialmente satisfecha. Es, seguramente, la actuación a la que guardo más cariño en lo que va de mandato por su significado”.