En los museos también se toca

Un grupo de personas ciegas disfruta junto a los artistas de la exposición ‘En pretérito seguinte’ de una visita adaptada

Visita del grupo de personas ciegas afiliadas a la ONCE, ayer, en el Kiosco Alfonso.   | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

Visita del grupo de personas ciegas afiliadas a la ONCE, ayer, en el Kiosco Alfonso. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA / Ana Carro

Todo empieza describiendo el Kiosco Alfonso y sus salas, esos rincones que estos días muestran las obras de Manuel Suárez, Correa Corredoira, Lara Pintos, Mico Rabuñal, Pilar Cancio y Samuel Castro dentro de la exposición En pretérito seguinte. Los visitantes esperan pacientes, en silencio, con ganas de descubrir los mundos de estos artistas. Los afortunados de disfrutar de esta visita guiada son personas ciegas afiliadas a la ONCE, para las que se ha hecho un recorrido adaptado con carteles en braille, descripciones minuciosas y esculturas al alcance. Porque en los museos también se toca y se siente. “Es importante e imprescindible pensar en todos”, señala el comisario de la muestra y artista, Manuel Suárez, quien recibió la formación necesaria para explicar la visita a las personas ciegas o con discapacidad visual.

Y es que además de conocer las obras que se esconden en el Kiosco Alfonso, los participantes han podido hablar con los artistas, quienes han explicado su obra, su proceso creativo e incluso el significado de alguna pieza expuesta. “Tenemos ganas de hacer cosas, los autores estamos dispuestos a mostrar nuestro proceso, nuestras creaciones, nuestro trabajo y estar en contacto directo con el público, que es muy agradable y enriquecedor”, añade Suárez.

Manuel Suárez y Mico Rabuñal muestran una escultura a una visitante

Manuel Suárez y Mico Rabuñal muestran una escultura a una visitante / Casteleiro/Roller Agencia

Para Nieves García, de la ONCE, esto es “un privilegio”. “Afortunadamente cada vez hay más exposiciones accesibles y adaptadas. Las entidades que programan y organizan tienen más sensibilidad y piensan en todos los colectivos. Es una forma de salir de la rutina y aprender”, relata, mientras los usuarios de la ONCE se muestran “felices” de formar parte de esta iniciativa. “Es muy interesante para nosotros que nos expliquen la exposición y que podamos utilizar el tacto”, señala Mari Carmen Roldán, quien no dudó en acercarse a las esculturas de Mico Rabuñal para tocarlas, como una llave gigante que descansa en el suelo de la sala o una zapatilla. Durante un recorrido de unas dos horas, conocieron las obras de los seis artistas que forman la exposición y cómo las elaboran, pero también hablaron de sensaciones y sentimientos. “Agradecemos mucho que la gente colabore con la ONCE”, comenta una usuaria, María del Carmen Vázquez. Y es que esta es otra forma de “salir de la rutina y aprender”, según Nieves García. Y la idea es seguir haciéndolo.

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