Entrevista | Alberto Miguélez Rouco Contratenor coruñés que actúa hoy con la Sinfónica, a las 20.00 horas, en el Palacio de la Ópera

“Cantar con el coro de la Sinfónica es un regalo, es como volver a casa”

“Desde muy pequeño me gustaron la música clásica y la ópera, así que, decidí dedicarme a eso porque era lo que más me llenaba”

Alberto Miguélez, ayer, en el Palacio de la Ópera.   | // CARLOS PARDELLAS

Alberto Miguélez, ayer, en el Palacio de la Ópera. | // CARLOS PARDELLAS / Gemma Malvido

Alberto Miguélez nació en 1994, en A Coruña, siendo muy pequeño descubrió que su pasión era la música clásica y empezó a formarse. Primero, en el coro de niños de la Sinfónica, después, en el Coro Cantábile y ya, con 17 años, en Basilea, en Suiza, donde vive actualmente. Esta semana vuelve a casa para reencontrarse con sus raíces e interpretará el Réquiem en memoria de Luis Camoens, de João Domingos Bomtempo, bajo la batuta de Javier Fajardo, que sustituye a Carlos Mena, que no puede actuar hoy por motivos de salud. Será a las 20.00 horas, en el Palacio de la Ópera.

¿Cómo empezó su pasión por la música?

Desde muy pequeño cantaba y me gustaba la música, entonces, empecé en el conservatorio y, a la vez, empecé a cantar en el coro de la iglesia y, después, en el coro de niños de la Sinfónica y, con doce años, entré en el Coro Cantábile, que fue el que más me impactó y donde decidí dedicarme profesionalmente a la música, gracias a mi profesor, el tenor Pablo Carballido. Gracias a él fue que me decidí a dedicarme al canto y a mudarme a Basilea, que es donde vivo.

¿En su familia son músicos o es el primero al que se le da por iniciar esta carrera?

Nadie en mi familia se dedica a la música, mi hermano estudia canto, pero antes que nosotros, nadie se dedicaba a la música.

Lo normal, entonces, sería que le gustasen Los Cantajuegos y poco más, ¿cómo descubrió su querencia por la música clásica?

Pues o estoy muy loco o no sé, pero desde pequeño me gustaron la música clásica y la ópera y decidí dedicarme a eso porque era lo que más me llenaba.

¿Se tuvo que ir joven de la ciudad para poder seguir con sus estudios o pudo formarse en A Coruña?

A los 17, al acabar el Bachillerato, me fui a Basilea, porque aquí no tenía mucha opción por la voz que tengo no era posible quedarme aquí y aprender el repertorio barroco, era imposible, así que, me tuve que marchar.

Estuvo en el coro de niños de la Sinfónica y, ahora podemos decir que regresa a casa.

En el coro de niños estuve entre 2004 y 2006, así que, absolutamente, es como volver a casa, porque a la mitad del coro los conozco ya de entonces y, en estos casi veinte años hemos coincidido en infinidad de proyectos fuera del coro de la Sinfónica y haciendo música en A Coruña, así que, para mí es un regalo.

Su carrera nace en A Coruña, pero le está llevando a escenarios internacionales...

Mi carrera es la normal de un cantante que se dedique solo a esto, me van llamando de diferentes orquestas para hacer proyectos y yo me desplazo a donde me digan. En mi caso, hay una cosa que es un poco menos normal, que es que tengo un grupo en Basilea que se llama Los Elementos, con el que hacemos recuperación de patrimonio especialmente del barroco español, entonces, con ellos vamos recuperando zarzuelas de José de Nebra, tenemos un disco en el que canto música sacra, y poco a poco, vamos teniendo más conciertos.

Y ahí hace también de director, ¿no?

Eso fue porque quería hacer una zarzuela y no había papel para mí, así que, la dirigí, que también me gusta mucho.

¿El Réquiem en memoria de Luis Camoens es una de las piezas que suele cantar en su repertorio o es una rareza escucharla?

No, no es conocida, los portugueses la conocen un poco más, porque João Domingos Bomtempo fue el director del Conservatorio de Lisboa, pero no son obras que se interpreten normalmente.

¿Teniendo una voz de contratenor, que es tan especial, es más fácil o más difícil abrirse paso en el mundo de la música?

En esto nunca se sabe, hay gente con voces magníficas que no hace carrera y otras, con voces menos interesantes que hacen un carrerón, nunca sabes qué es más fácil o más difícil, lo que sí es cierto es que somos menos y, entonces, a la hora de elegir hay menos opciones, en cualquier caso, cada vez hay más y en España están saliendo también cantantes jóvenes. El mercado nuestro es también más pequeño porque nuestro repertorio es más reducido, es solo de época.

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