El colegio Esclavas de A Coruña busca reunir a todos los alumnos de sus 75 promociones

El colegio Esclavas del Sagrado Corazón se ha propuesto poner a prueba las posibilidades de la era de la hiperconectividad con un reto a la altura de su historia: reunir a todos los alumnos con los que pueda contactar que hayan pasado, alguna vez, por sus aulas y pasillos.

La ocasión, aseguran, merece el sobreesfuerzo. El colegio celebra, este mes de octubre, los 75 años desde su fundación en su privilegiado enclave sobre lo que era el antiguo estadio de Riazor, y no quiere dejar a nadie fuera de los festejos. Y ese “a nadie” va muy en serio. “Estamos intentando localizar a todos los antiguos alumnos, ya que la base de datos que tenemos de las generaciones antiguas no está digitalizada”, cuenta la directora del centro, Julieta Jiménez de Llano. Con esa misión en mente llevan ya desde inicios del año, cuando se pusieron manos a la obra para unir las piezas y recopilar los nombres que faltan. El objetivo es reunirlos a todos en un gran Encuentro de Antiguos Alumnos que se celebrará el sábado 21 de octubre, que constará de una reflexión en el colegio por promociones y después una cena cóctel para todos ellos.

Un cometido relativamente ágil de ejecutar en las promociones más recientes, a las que fue más sencillo llegar a través de redes sociales y grupos de WhatsApp, pero una tarea lenta y laboriosa cuando las añadas se alejan en el tiempo y la edad de los exalumnos sube. “Hemos nombrado a una persona de enlace de cada una de las promociones y ellas se están encargando de hacer llegar la información a todos los grupos. Nos gustaría hacer un llamamiento para todos aquellos que no se han enterado, que se pongan en contacto con el colegio”, propone la directora del centro. Por el momento, la idea ya ha sido fruto de alegrías para algunos de los implicados, que han ido entablando contactos con gente a la que le habían perdido la pista hacía tiempo. “Los grupos de WhatsApp están siendo escenario de risas, fotos, recuerdos, saludos, incluso de quedar a tomar café con gente a la que no habías visto desde hacía 30 años. Te pones al día y renuevas los contactos con gente con la que tenías relación de pequeña”, cuenta Teba Chacón, representante de la promoción 1981 y la encargada de servir de enlace para que sus compañeros faciliten fotos, información y material.

Para ella, la iniciativa ya ha servido para reencontrarse con sus compañeras de promoción, fechada en una época en la que el centro solo tenía mujeres entre su alumnado. “Unas fuimos encontrando a otras y nos fuimos juntando. Yo tengo mi pandilla, y cada una conocíamos a otros, empezamos a recordar nombres y a tirar de Facebook, aunque hay gente de la que todavía no tenemos contacto”, comenta.