Crítica

Los Jussen en brillante faena

Marcos Seoane Vilariño

Marcos Seoane Vilariño

Nos aproximamos al fin de temporada y no parece que esta orquesta se resienta de su exigencia. Gran concierto que vuelve a poner de manifiesto que cuando hay conexión entre el maestro que empuña la batuta y la orquesta, la OSG brilla y hace disfrutar de lo lindo. Interesantísima propuesta de programa. La obertura de las avispas evidenció ya desde el inicio las buenas intenciones por parte de la Maestro Larsen, logrando un sonido redondo y profundo en la cuerda bien empacado con las maderas, y mucho tiene que ver ese flauboe de Ortuño y Villa que parecen contagiar a una sección que se suma y que hace sumar a otras buscando ese alto nivel del que no se apean. En el concierto para dos pianos de Roukens brillaron, como estrellas que son, los hermanos Jussen, que en una espectacular puesta en escena con dos pianos de gran cola Steinway se recrearon en una maravilla de obra creada para su lucimiento. Espectacular el segundo movimiento evocando un ambiente y un lugar manso, en el que crees estar oyendo pajaritos y la campana de una iglesia en un pasaje idílico que se transforma en una gran tormenta para volver a una gran calma con un final que pone los pelos de punta. Los Jussen remataron la faena con un vibrante movimiento final, rítmico virtuoso y en el que dejaron patente que ya son la generación mediática del momento, muy aplaudidos nos obsequiaron con un Bach que reafirma lo que muchos creemos, que tocan tan coordinados que parecen un único instrumentista. Mención especial para Rodríguez al timbal que como siempre nos hace vibrar con su pasión. Las variaciones enigma de la segunda parte, obra que funciona a la perfección con esta orquesta que gusta de estirar sonido y lucir solos, encontró en la batuta de Larsen una gran aliada. Batuta muy clara y con una idea musical consolidada que transmitió con gesto valiente y decidido. El discurso evidente hacia donde iba, rozó el culmen en el esperado Nimrod, asesinado por un desalmado con su móvil. Aunque brillantes todos los solos, me quedo con el de Mirás al chelo, otro jugón que hace equipo y de estos mimbres se mantiene y eleva el nivel de los compañeros. Magníficas las secciones de trompas y primeros violines que brillan en cualquier repertorio que les propongan.