Vivir junto al edificio de los murales de Lugrís: ratas y riesgo en las medianeras

Los vecinos del 25-27 de la calle Olmos denuncian que es un foco de insalubridad y les preocupa que los daños del inmueble ruinoso se extiendan a sus casas

Fachada del edificio de la calle Olmos.   | // VÍCTOR ECHAVE

Fachada del edificio de la calle Olmos. | // VÍCTOR ECHAVE / Enrique Carballo

En el bajo del número 25-27 de la calle Olmos, en los años 50, Urbano Lugrís decoró las paredes del viejo restaurante Fornos, resucitado en la pasada década como Brasa y vino. Pero este también cerró y hoy el edificio es una ruina con agujeros en el techo por los que entra agua y con una red en la fachada para prevenir caídas de cascotes como las que ya se produjeron el año pasado, obligando a cortar la calle. Su decadencia no solo perjudica a la imagen del centro y amenaza a las obras del muralista —once de las doce obras del bajo, según un informe municipal, precisan rehabilitación “urgente”— sino que albergan colonias de ratas y suponen un riesgo para los edificios colindantes, según denuncian los vecinos.

Desperfecto y agujeros dentro del inmueble.   | // LA OPINIÓN

Desperfecto y agujeros dentro del inmueble. | // LA OPINIÓN / Enrique Carballo

El edificio del número 23 de la calle Olmos está pegado pared con pared con el de los murales de Lugrís, y la propiedad recae en varios miembros de la misma familia. Su representante, Julio Castro, señala que “el mayor problema” que tienen “es el de las ratas”. Su edificio comparte patio de luces con el de los murales y con los de la calle Real que quedan a la misma altura, y se llena de roedores y esqueletos de gaviotas que, indica Castro, proliferan en el inmueble en ruinas. Y, aunque la basura del patio acaba de limpiarse, el propietario señala que el problema continúa: “vas a un balcón, a una ventana, y ves salir a un par de ratas, estás con la incertidumbre de no dejar ninguna tapa del váter abierta”.

Deterioro del techo en el inmueble de los murales.   | // LA OPINIÓN

Deterioro del techo en el inmueble de los murales. | // LA OPINIÓN / Enrique Carballo

Otro problema que le “preocupa” a Castro son los daños que puede suponer para la integridad estructural de su edificio, y que explica el arquitecto Marcos Samaniego, presidente de la asociación O Mural. “Los edificios de esta zona son de la segunda mitad del siglo XIX, y los que se han ido rehabilitando se conservan bien”, pero en el caso del 25-27 hay huecos en la cubierta por los que entra agua. Esto hace que el deterioro “se acelere: la madera se pudre, se hincha, el aire tira una tabla, dos, llega más agua, anidan las palomas...”

Según confirman los vecinos del 23, sus medianeras son compartidas con el edificio ruinoso y las vigas son de madera en ambos inmuebles, y esto, indica Samaniego, supone un riesgo para ambos. “Las medianeras de esta antigüedad son de piedra y tierra, y si entra agua la absorben tanto por la precipitación como por capilaridad, como si fuesen un azucarillo que se empapa”. Y si se humedece una medianera, también lo hace la viga que está hincada en ella. “La cabeza se pudre, los bichos se la comen, y, a medio plazo, puede que la viga se deteriore y no soporte las cartas. El peligroso”, remacha Samaniego, cuya asociación ha pedido a la Xunta, todavía sin obtener respuesta, que declare Bien de Interés Cultural (BIC) a los murales de Lugrís en Olmos para reforzar su protección. El Concello ha anunciado su intención de realizar la misma solicitud y ha encargado un informe a expertos.

La empresa que posee el 25-27, Alameda de Órdenes, ha solicitado el concurso de acreedores para intentar cubrir una deuda que, según la documentación incorporada a este, supera los 1,8 millones de euros. Pero, para Samaniego, es necesario examinar detalladamente los problemas del edificio y actuar para “estabilizarlo”, porque “ya ha entrado en el proceso de que se deterioran los elementos y no se ve un freno a corto plazo”. Actualmente “no hay medidas correctoras” de su decadencia, y si no se toman “a largo plazo acabará cayendo: en un año o en 35”.