Ignis prevé abrir su planta de amoníaco verde en Langosteira en 2026 e invertir 177 millones

El proyecto plantea dos fases de expansión y llegar a producir 830.000 toneladas al año | La instalación tendrá una altura de hasta 35 metros y se verá desde Monticaño o la AC-15

La localización de la fábrica de amoníaco verde de Armonia Green Galicia en el puerto exterior. |   // La Opinión

La localización de la fábrica de amoníaco verde de Armonia Green Galicia en el puerto exterior. | // La Opinión / Enrique Carballo

El grupo Ignis prevé que su futura planta de amoníaco verde —sintetizado a partir de energías renovables— en el puerto exterior de punta Langosteira abra en el primer semestre de 2026, de acuerdo con la documentación que ha presentado a la Xunta para que evalúe el impacto ambiental del proyecto. La memoria del proyecto, que desarrollará la sociedad creada ex profeso Armonia Green Galicia, contabiliza una inversión de unos 177 millones de euros para su primera fase y puesta en marcha, aunque la previsión es realizar dos expansiones que irán expandiendo la capacidad de producción: de unas 143.000 toneladas de amoníaco en la primera fase se subirá a 464.000 y 830.000 con las sucesivas ampliaciones.

Además, según han indicado a este diario fuentes de Ignis, para sintetizar hidrógeno, uno de los componentes del amoníaco, el grupo tiene planeado crear una segunda fábrica en las instalaciones de la antigua Alu Ibérica, en el polígono de Agrela. De ahí se llevará a punta Langosteira a través de conductos subterráneos. El grupo considera que este proyecto y la primera fase de la planta del puerto exterior sumarán unos 350 millones de euros de inversión.

El proyecto de punta Langosteira ya tiene el visto bueno del Concello de Arteixo, pero puede sufrir modificaciones por parte de la Xunta y ahora está expuesto en la web de la Consellería de Medio Ambiente para que la ciudadanía pueda presentar alegaciones. De acuerdo con el estudio planteado por la propia empresa, la planta tendría un impacto bajo en la mayoría de parámetros ambientales, aunque sube a “moderado” en lo referente a la hidrología.

Ignis prevé abrir su planta de amoníaco verde en Langosteira en 2026 e invertir 177 millones

Recreación de las futuras instalaciones de Ignis en punta Langosteira. / Enrique Carballo

Así, si llueve durante la construcción se contempla que “algún residuo” pueda llegar al mar, y las aguas pluviales durante el funcionamiento de la planta también pueden arrastrar contaminantes. Sin embargo, el proyecto prevé medidas para su separación y tratamiento. Debido también a la posibilidad de vertidos se contempla un impacto “moderado” sobre la fauna, puesto que podrían llegar afectar a especies marinas, y se le asigna el mismo nivel de impacto a los ruidos asociados al proyecto. La empresa, sin embargo, califica de “bajo” el riesgo de vertidos por fugas en los tanques de la planta (que prevén almacenar hasta 90.000 toneladas de amoníaco al tiempo), incendios y escapes de gases.

En cuanto al impacto visual, la empresa, que ocupará unos 124.000 metros cuadrados de la explanada del puerto Exterior, prácticamente al nivel del mar, afirma que llegará a una altura máxima de 35 metros en las instalaciones de producción de nitrógeno, que suponen algo menos del 9% del total. Otras partes de la instalación con dimensiones importantes serán los tres sistemas de producción de amoníaco, que llegan a los 25 metros de elevación, y los tres tanques de almacenamiento refrigerado de amoníaco, de la misma altura. También tendrá 25 metros la antorcha que se contempla, y que se “empleará para quemar los vapores” generados en caso de que se produzca una interrupción del sistema de refrigeración, pero este será un procedimiento de emergencia.

Las instalaciones se verán a distancias de 15 kilómetros, según contempla el estudio de impacto visual, y desde la mayoría de puntos situados a 3.500 metros. Pero la gran mayoría las zonas desde donde la planta será visible están en el mar. Sí que se podrá verla desde el mirador de Monticaño o la AC-15, que pasa a dos kilómetros, así como desde el Espacio de Interés Paisajístico de la propia punta Langosteira o la Zona Especial de Conservación de la Costa da Morte, que empieza en la playa de Sabón. Pero Ignis defiende que el impacto visual en estas zonas es “compatible” con su disfrute.

Exportación marina y tren

La memoria del proyecto señala que el amoníaco que se genere se almacenará en tanques “para su posterior expedición en barco”. Estar en un muelle, indica la memoria de Ignis, “permitirá la exportación de este producto desde España”, pero también se contempla “la posibilidad de llevar a cabo la descarga de amoníaco desde ferrocarriles”.

El proyecto incluye tanto una “terminal de carga de barcos” como una de trenes. Esta contará con “como mínimo, cuatro brazos de descarga”, que permitirán atender al tiempo al mismo número de vagones. El edificio tendrá unos 65 metros de largo.

El amoníaco está compuesto por tres átomos de hidrógeno y uno de nitrógeno, y, si bien el primer elemento vendrá de la futura planta de Agrela (donde se obtendrá con energías renovables), con una demanda de hasta 135.500 toneladas al año, el nitrógeno se sintetizará en la propia instalación de punta Langosteira a partir del aire. Cuando la planta llegue a su máxima producción, calcula Ignis, consumirá más de 3,6 millones de toneladas de aire anuales.

El proyecto, asegura Ignis, ayudará a reducir la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, ya que el amoníaco se producirá con energías verdes. Según la memoria enviada a la Consellería de Medio Ambiente, la planta también tendrá un sistema de condensación y una trampa para limpiar de amoníaco los gases que se emitan desde la planta. Si este sistema no es suficiente y se detecta que lo que se esté emitiendo tiene más amoníaco del admisible, se quemará. El proceso de síntesis de amoníaco, defiende Ignis, no genera residuos peligrosos.

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