La Opinión de A Coruña

La historia oculta de los edificios modernistas del Ensanche

Un chalet convertido en cárcel falangista, una casa con los mismos diseños del Metro de París o un jardín botánico comunal son algunos de los secretos que esconden estas viviendas centenarias

Adrián G. Seoane

Con el estallido de la Revolución Industrial se producen en Europa una serie de transformaciones a nivel económico, social y tecnológico nunca antes vistas. Esta evolución afectó a todos los distintos aspectos del desarrollo humano, incluida la arquitectura, que con la aparición de nuevos materiales como el vidrio y el acero nunca volvió a ser la misma.

El futuro ya había llegado y, con él, la necesidad de romper con todos los estilos arquitectónicos anteriores a fin de crear uno nuevo. Surge así el Art Nouveau o modernismo, que toma como inspiración a civilizaciones exóticas, la naturaleza o la arqueología. Desde Francia, el modernismo salta a España hasta llegar a A Coruña a principios del siglo XX, que ya cuenta para la época con una sociedad burguesa y acaudalada que comienza a viajar para conocer otras culturas, impregnándose así de la arquitectura modernista que había despuntado en Europa.

Ahora, Art-Nouveau Coruña, formado por el arquitecto Alberto Fuentes y el licenciado en Historia y guía turístico Joaquín Fernández, ofrece visitas guiadas para conocer las historias escondidas tras los edificios modernistas de la ciudad. Se puede contactar con ellos para concertar una visita a través de su página web, artnouveaucoruña.com, o bien a través de su cuenta de Instagram, @modernismo_coruna. En su web también se puede encontrar información sobre diversos arquitectos modernistas, personajes relevantes de la época, fotografías antiguas de la ciudad comparadas con otras actuales, artículos periodísticos e incluso anuncios de casas modernistas en venta.

“El Art Nouveau es lo mismo que el modernismo, tiene muchos nombres dependiendo de en qué parte de Europa nos encontremos”, aclara Fuentes. “En Italia se llama Liberty o Floreale, en Portugal se conoce como Arte Nova, mientras que en Austria es llamado Sezession y, en Alemania, Jugendstil”. El arquitecto cuenta que, aunque “todo es lo mismo, se trata de distintas variantes regionales”, puesto que “este es el primer estilo internacional que encontramos en todos los países del mundo, tanto en ambientes urbanos como rurales”. El modernismo influyó a todas las artes, no solo a la arquitectura, pues también lo encontramos en “pintura, escultura, diseño de moda, música, danza, literatura, diseño de joyas, mobiliario y tipografías”.

“El Ensanche de A Coruña, en comparación con otros como el de Barcelona, tenía unos límites definidos: por un lado está Juana de Vega, que es donde se encontraba la antigua muralla y, por el otro, Juan Flórez y Linares Rivas, que eran los antiguos Caminos Reales que salían hacia Madrid”, señala Fuentes. “El Ensanche se ajusta a ese perímetro y tiene la particularidad de que se quitan manzanas para colocar plazas, que son las primeras grandes plazas públicas que se hacen en A Coruña”.

El artífice del Ensanche, la Plaza de María Pita, los Jardines de Méndez Núñez o la fachada de la Marina fue Juan de Ciórraga, que “era el arquitecto municipal del momento, hacia 1870, y al que se le debe la imagen actual de la ciudad”. También en esta época se empieza a trazar el diseño de las calles antes de empezar a construir las viviendas. El primer edificio de estilo modernista fue construido por Juan de Ciórraga en el número 10 de la Plaza de Lugo, en 1899 y, aunque no se ajustaba completamente al Art Nouveau, ya presentaba claras influencias del modernismo que estaba por llegar. El siguiente fue levantado por Julio Galán en 1902 en la calle Compostela, al lado de la actual Casa Viturro y, poco a poco, el Ensanche se fue llenando de esta corriente arquitectónica tan particular y única.

Pero Fuentes no solo hace visitas guiadas, pues es defensor del patrimonio histórico de la ciudad, lo que que le ha llevado a denunciar un “repinte arbitrario” de una talla de la Virgen de la iglesia de San Andrés. Fuentes remitió un informe a la Consellería en el que detalla que la figura “se encontraba en perfecto estado de conservación” y que ahora se “ha perdido la policromía original”. El caso está siendo investigado por Patrimonio para determinar si se puso en peligro la integridad de la figura, obra del escultor Isidoro Brocos y datada en 1882.

Casa Escudero, de chalet de veraneo a cárcel de la Falange

Casa Escudero, de chalet de veraneo a cárcel de la Falange

También conocido como Chalet Escudero, Palacete de Juan Flórez o Consulado de Cuba, es una construcción de estilo modernista construida en la primera década del siglo pasado. “Juan Flórez en el 1900 era el extrarradio de la ciudad, un lugar donde muchos adinerados coruñeses tenían casas de veraneo”, explica Fuentes. “La mayoría de esas casas estaban en las parcelas donde a día de hoy hay rascacielos”. Sin embargo, el Chalet Escudero posee una historia que no todo el mundo conoce. “Cuando estalla la Guerra Civil los propietarios se exilian en Cuba y se enteran de que el edificio está siendo usado por la Falange como cárcel”, relata Fuentes. “Se les ocurre una estrategia para quitárselo a la Falange, que es dejársela al Estado de Cuba como Consulado”. Durante la Revolución Castrista, los dueños regresan a España y venden la casa, que pasa de mano en mano y se convierte en una vivienda de uso privado hasta el día de hoy.

Del Metro de París  a Casa Viturro, así viajó el Art Nouveau

Del Metro de París a Casa Viturro, así viajó el Art Nouveau

A principios del siglo pasado, Hector Guimard, arquitecto impulsor del Art Nouveau, diseñó las entradas del Metro de París y su tipografía. Esta última viajó hasta Casa Viturro, en el número 8 de la calle Compostela, ya que el dígito de la placa del edificio tiene el mismo diseño que se puede apreciar en los trabajos del francés. “Las obras de Hector Guimard se publicaban en revistas internacionales, y se sabe que el arquitecto del edificio, Julio Galán, tenía un montón de revistas de la época sobre arquitectura de Centroeuropa”, indica Fuentes. “Él mismo estuvo de viaje por Europa Central y pudo haber copiado los diseños, pero lo más probable es que los conociera a través de las revistas”, concluye. En Casa Viturro también se instaló el primer ascensor en una vivienda privada, aunque el primero de la ciudad se encontraba en el Hotel de Francia de la Plaza de la Mina, donde actualmente se ubica el edificio Unión y Fénix.

El edificio Unión y Fénix, hogar de un empresario del XIX

El edificio Unión y Fénix, hogar de un empresario del XIX

Don Fernandón era un gran industrial del finales del siglo XIX cuya vivienda se situaba en lo que hoy día es el edificio Unión y Fénix de la Plaza de la Mina. “Había una leyenda urbana en la época que decía que ‘solo’ tenía 99 edificios en A Coruña porque, si hubiera tenido 100, habría sido más rico que el Rey y entonces tendrían que expulsarlo del país”, cuenta Fuentes. Este empresario “financió el Ensanche, construyó la manzana de la plaza de Lugo y construyó varios edificios por toda la zona”. Además, en San Amaro tiene “una de las tumbas más emblemáticas, al fondo de la calle central”. El edificio Unión y Fénix cuenta con varios detalles arquitectónicos destacables, como rosetones, motivos vegetales o un torreón con cupulín. A lo largo de sus 140 años de historia ha sufrido varias remodelaciones; la más importante fue realizada en 1945 por el arquitecto Cánovas del Castillo, quien lo dotó de su aspecto actual.

 

La plaza de Lugo, albergue del primer jardín comunal

La plaza de Lugo, albergue del primer jardín comunal

En el número 22 de la plaza de Lugo se encuentra un centenario edificio que en su día fue propiedad de Benito Díaz de la Rocha, un empresario de comienzos del siglo XX. “La mayor curiosidad de esa casa es que tuvo el primer jardín comunal para uso y disfrute de todos sus habitantes”, indica Fuentes. “Normalmente en este tipo de edificaciones era el propietario el que vivía en la primera planta, que se consideraba la planta noble. El resto se lo alquilaba a otras personas de la burguesía que no eran tan acaudaladas y no podían construirse sus propias casas”. En los balcones del edificio todavía se pueden ver algunas plantas autóctonas de Galicia. “En Europa, sobre todo en el modernismo, se utilizaban plantas y flores como alegoría para desear protección, buenos augurios y mucha felicidad a la familia que habitaba la casa. [... En el caso de este edificio lo que se hace es una alegoría a Galicia”, señala Fuentes.

El Ensanche acoge el edificio modernista de Hijos de Rivera

El Ensanche acoge el edificio modernista de Hijos de Rivera

José María Rivera emigra muy joven a Cuba y después a México y, al volver, monta en A Coruña una empresa de gaseosas”, explica Fuentes. “En 1906, cuando le empieza a ir bien, construye su casa en la calle Ferrol, que a día de hoy sigue siendo propiedad de la familia, y al mismo tiempo funda Estrella Galicia. De ahí viene el nombre de la cerveza”. El arquitecto asturiano Julio Galán, considerado el introductor del modernismo en la ciudad, fue el encargado de construir este edificio, ubicado en el número 10 de la calle Ferrol, además de otros edificios emblemáticos como el número 8 de la misma calle o la Casa Viturro mencionada arriba. Entre otras cosas, Galán introdujo varias novedades en el diseño de las fachadas, que aparecen rebosantes de detalles en las que los motivos vegetales se entrelazan con cariátides (figuras femeninas esculpidas con la función de servir de columnas o soporte del edificio).

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