Protectoras al límite en A Coruña: más abandonos que adopciones
“Hay días en que llegan ocho casos”
Entidades y casas de acogida acumulan animales a la espera de adoptantes, que también crecen

Raquel Lijó y Tania Porta, de SOS Pelines, con perros y gatos en una casa de acogida. | // LA OPINIÓN / R. D. Rodríguez
“Es exagerada la cantidad de llamadas que recibimos este verano por el abandono de un perro. Hay días que hasta ocho. Ya he tenido que decir que no aceptamos más”. “El goteo de abandonos es continuo todo el año. El refugio está lleno, sale una mascota y entra otra”. “Desde la pandemia, advertimos que la adopción de perros y gatos ha crecido mucho. También hay más casas de acogida, donde se finaliza el proceso previo a la adopción”. Estos testimonios, de responsables de protectoras de animales coruñesas y de una veterinaria que además es parte de la junta de gobierno del Colegio Oficial de Veterinarios de A Coruña, ponen de manifiesto una tendencia que en los últimos años parece haberse normalizado: los dueños de mascotas se desprenden cada vez más de ellas; y aunque no faltan adoptantes, los animales abandonados hacen cola en listas de espera.

Playas para todos, también para perros. El partido animalista Pacma convocó ayer una marcha reivindicativa por el paseo marítimo, desde Las Esclavas hasta la fuente de Los Surfistas, para que dueños de perros con sus mascotas reclamasen la habilitación de playas para los canes. El Concello, según una ordenanza que aún no está en vigor, ha reservado para esta función la cala de Bens, pero no está acondicionada. | VÍCTOR ECHAVE / R. D. Rodríguez
Esta situación, que ocurre todo el año y se acentúa en el verano, se produce a un mes de la entrada en vigor de la nueva ley de bienestar animal, cuyo fin es regular y controlar la tenencia y el trato de animales en todo el territorio español. En la redacción de esta norma encuentra Raquel Lijó, presidenta de la protectora de animales SOS Pelines, una de las razones del incremento del abandono de perros y gatos. “La ley mete miedo a la gente. Como obliga a tener que asegurar al animal aunque no sea peligroso, a esterilizarlo a los seis u ocho meses y a hacer un curso obligatorio, muchos dueños no tienen dinero para ello o no quieren gastarlo. ¿Qué hacen? Los tiran, o nos llaman a las protectoras. El otro día se abandonó a uno atado a un poste en la autovía”, explica.
A SOS Pelines llegan mascotas sin dueño (por abandono o por fallecimiento de sus amos) identificadas con su chip. Como esta protectora trabaja con casas de acogida de animales, antes de enviarlos allí inicia con ellos su tratamiento veterinario, que puede incluir la castración; una vez que los deriva a estas casas, en ellas, cuyos propietarios actúan de forma voluntaria, el perro o gato socializa con otros animales. En un año puede mover esta protectora hasta 200 perros abandonados que entran en las casas una temporada (días, semanas) y salen con nuevos dueños. “En esta época vamos despacio, dando animales y cogiendo otros. No podemos atender a tantas llamadas porque no tenemos refugio propio”, señala Raquel Lijó.
“Tenemos unas ocho casas en la ciudad y la comarca. Ojalá tuviéramos más. Nos llaman la boutique de la adopción, porque aconsejamos mucho a los aspirantes, les hacemos un amplio cuestionario para conocer muchos aspectos y saber qué animal es el más adecuado para ellos”, añade. Una de esas casas de acogida es la de Tania Porta en Veigue, voluntaria de SOS Pelines que casi constantemente acoge animales a la espera de que consigan un nuevo hogar “tras haber perdido el miedo, o socializado, o superado problemas con los que llegan de casas anteriores”. “Nos dicen que somos exigentes con los cuestionarios, pues poco preguntamos. Todo lo que hacemos es porque queremos que el animal tenga la mejor salida, porque no es un juguete sino una responsabilidad. No vale eso de decir que me llevo este perro porque es el que más me gusta”, opina Porta.
Otra protectora de animales, la asociación Gatocán, tiene sus instalaciones de Coirós completas, con unos 150 gatos y unos 80 perros, según sus tamaños. Sus veterinarios y voluntarios dedican a las mascotas las mejores condiciones posibles de atención sanitaria y trato mientras no encuentran una familia que las acoja. “No amontonamos porque no podemos, siempre estamos al límite, con unos 230 o 240 animales, pero en este refugio les damos calidad de vida. Se marcha el primero de la lista, y cuando se va entra otro”, cuenta Beatriz Martín, presidenta de Gatocán. Desde 2006, cuando nació la protectora, ha visto pasar miles de animales, también morir a muchos, de viejos sin que nadie los adopte. Señala que al terminar las temporadas de caza, el “goteo” de abandonos es mayor, y que en el verano, en general, “se adopta menos”.
Pero se adopta. Porque la tendencia ha crecido, advierte la veterinaria Rebeca Guimarey, también vocal del Colegio de Veterinarios de A Coruña. “Lo hemos notado con la pandemia, desde entonces tenemos nuevos dueños de mascotas que llegan cuando tienen menos de seis meses. Incluso, y lo sabemos a ciencia cierta, algunos compraron animal para salir a la calle a pasear con él cuando no se podía salir de casa. La gente, quizá, se sintió sola, tuvo más necesidad de compañía y decidió tener un perro o un gato, o ampliar la familia con una mascota”, cuenta Guimarey, que admite que el sector ha crecido.
A perros abandonados y a gatos callejeros sin identificación trata también la concesionaria de la perrera municipal, Servigal. Los animales los recoge la Policía Local o el área de Medio Ambiente y si la empresa no localiza a los dueños, les pasa control veterinario y lleva a la perrera. Si nadie los reclama, entran en el sistema de adopción, de modo que los interesados, tras informarse en la web, pueden ir a visitar a los animales de lunes a sábado. En lo que va de año el servicio municipal ha registrado 92 adopciones —el año pasado lo cerró con 150 y el anterior con 125—, apuntan fuentes municipales.
El próximo 29 de septiembre entrará en vigor la nueva ley que regula la protección de los derechos y el bienestar de los animales, aprobada hace seis meses. Alguno de los aspectos que más polémica han suscitado son, además de no incluir a los perros de caza o pastoreo, la contratación de un seguro de responsabilidad civil para perros y un curso de formación obligatorio para los dueños. Queda terminantemente prohibido el sacrificio de animales de compañía, tan solo por razones de salud o médicas.
Suscríbete para seguir leyendo
- La empanada de A Coruña que triunfa por su masa y relleno: 'Algunos cogen el coche para venir a por ella
- El 'paraíso de la desconexión' está a 30 minutos de A Coruña y a solo 2 de la playa: piscina privada, restaurante y apto para mascotas
- De trabajar con Dabiz Muñoz a abrir dos pastelerías en tres meses y la tercera pronto en A Coruña
- El Morriña Fest se reivindica como un festival coruñés tras el ‘no’ de Residente
- Las mejores notas de ‘selectividad’: «Valió la pena todo el esfuerzo»
- Residente se cae del Morriña Fest en A Coruña por la vinculación del festival con el fondo KKR
- Desalojado un edificio del Barrio de las Flores por un incendio en el séptimo piso
- Los jóvenes de A Coruña se rebelan contra lo digital