La constructora Metrovacesa es una de las empresas que poseen derecho a levantar edificios en la futura urbanización de San Pedro de Visma, y, en concreto, tiene derecho a construir en una parcela situada junto al centro Ágora y que da a la calle Jaime Hervada. En ella se preveían levantar tres edificios de un máximo de bajo y 19 alturas, los más elevados, hasta ahora, de la treintena que se contempla construir. Pero el estudio de detalle sobre la parcela elaborado por la empresa “reduce la altura” hasta subsuelo, dos bajos y 16 plantas, “lo que supone una minoración significativa del impacto visual en el paisaje”: se pasa a 58 metros de altura de las edificaciones desde la rasante de la calle. A cambio, la parcela, situada en parte sobre el actual aparcamiento, añade un edificio más bajo para uso terciario, con dos plantas bajas y una altura. Las plantas bajas de cada una de las torres se prolongarán hasta el edificio siguiente para ganar espacio comercial.
Estos edificios eran los más cuestionados por los vecinos. El presidente de la asociación vecinal de O Ventorrillo, José Ángel Souto, señaló que “la gente estaba muy preocupada” por las alturas, y afirmó que “el problema más grave” es que las tres torres son “las más pegadas a los edificios actuales”. En opinión de Souto, las nuevas viviendas “van a dejar ensombrecidas casas habitadas” en Jaime Hervada. El representante de la junta de promotores, Juan Álvarez, replicó a este diario que “proyectarán muchas más sombras los edificios actuales sobre Visma que viceversa”.
Para iniciar el proceso de construcción, la promotora ha elaborado un estudio de detalle (un documento urbanístico que establece los volúmenes que se pueden edificar en la parcela, dentro de lo que permite la normativa). Este documento, al que ha tenido acceso a este diario, expone los problemas derivados del planteamiento inicial. Señala que la altura de las torres superaba “con creces la del resto de la ordenación”, generando una “gran sombra” en su entorno. La reducción “mejora notablemente las condiciones de iluminación del área que rodea las torres, e incluso su relación entre ellas”. El cambio, afirma el documento, “mejora la calidad de vida de los residentes” y “respeta la apariencia y la escala de los edificios circundantes, manteniendo así la coherencia arquitectónica” de la zona.
Originalmente, al oeste de las torres (aproximadamente, en la zona de fincas detrás del aparcamiento, observando desde el Ágora) se iba a situar un espacio abierto, que quedaría separado por las propias viviendas del parque central de la futura urbanización. Así, recoge el estudio de detalle, se formaba una “gran plaza” que “carece de sentido” porque los residentes tienen el parque del otro lado. Y el espacio comercial de la parcela se preveía originalmente bajo rasante, pero el estudio de detalle señala que esto “genera un déficit de salubridad” y limita las posibilidades de aprovechamiento. Un tercio de los metros comerciales se sitúan ahora en tres áreas anexas a las torres y el resto en un nuevo edificio situado en la antigua plaza.
Este diario se ha puesto en contacto con Metrovacesa para preguntar a qué se estudia destinar el espacio, pero la empresa ha rehusado realizar declaraciones, indicando que está en “pleno proceso de trabajo” en el proyecto. Tampoco ha aclarado si de cara al proyecto definitivo plantea reducir la edificabilidad, esto es, el número de metros cuadrados que se pueden construir, sumando todas las plantas; al menos en el estudio de detalle, se contempla aprovechar esta al máximo. La edificabilidad residencial, esto es, la que se puede aprovechar para viviendas, suma unos 33.900 metros, lo que supondría unos 339 pisos: se reparte a partes iguales entre las tres torres. En toda Visma, señalan los promotores, se construirán un máximo de 3.585 pisos.
La edificabilidad comercial es de otros 9.700 metros. Hasta el 70% de la parcela puede quedar ocupada por las edificaciones, aunque la ocupación máxima del subsuelo, donde se situará el aparcamiento, es del 100%. Los espacios libres que queden deberán ajardinarse en un 60%, y otro 25% puede albergar plazas de parking. El resto puede destinarse a instalaciones deportivas o infantiles.
Un vidrio “de control solar”
El estudio de detalle incluye un apartado de sostenibilidad ambiental en el que indica que las fachadas de las torres se han pensado para maximizar la iluminación natural. El documento señala que se debe valorar incluir un sistema con “persianas o vidrio de control solar” que regule la entrada de luz y calor en función del clima y reduzca el consumo de energía. Además, el descenso de altura de las torres reducirá la necesidad de iluminar el parque situado tras ellas, señala el documento. Los edificios tendrán “sistemas de generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables, como paneles solares fotovoltaicos ubicados en las cubiertas”, y los sistemas de climatización y ventilación serán “de bajo consumo”.
El porcentaje de superficie acristalada de las torres se reduce del 60 al 50% para reducir la necesidad de sistemas de calefacción y refrigeración. El estudio, con fecha de julio de este año, promete generar “zonas intermedias de calidad” entre las viviendas, tener en cuenta la “perspectiva de género” y respetar “la identidad cultural del barrio de O Ventorrillo”. El proyecto “buscará promover la diversidad y la cohesión social”, fomentar la participación y generar comités vecinales.