La Opinión de A Coruña

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Cientos de venezolanos en La Chinita de A Coruña: ‘Nostalgia’ al otro lado del charco

Centenares de venezolanos residentes en Galicia celebran el inicio de la Navidad en esta feria, que rinde homenaje a la Virgen, en la zona de la playa de Oza

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Cientos de venezolanos en La Chinita de A Coruña: 'nostalgia' al otro lado del charco Carlos Pardellas

Cuenta la tradición venezolana que a mediados del siglo XVIII una anciana encontró una tablita a las orillas del lago de Maracaibo, que se llevó a su casa. Pasados unos días la mujer comenzó a escuchar varios golpes en la pared sobre la que había colgado la pequeña tabla. Extrañada por esos golpes, cada vez más intensos, la anciana se acercó hasta la superficie de la tablilla y se percató de que había aparecido la imagen de la Virgen de Chiquinquirá, de la que brotaba una brillante luz. El milagro tuvo tal repercusión que la historia ha marcado a la comunidad venezolana, que cada 18 de noviembre rinde homenaje a esa virgen en la Feria de La Chinita, una fiesta que marca el inicio de la Navidad para toda la comunidad.

La festividad tiene una gran importancia para los venezolanos que residen en el país, pero también para quienes tuvieron que hacer las maletas para buscarse una vida mejor al otro lado del charco. Y Galicia fue el destino elegido por muchos de ellos. Es por eso que este domingo cientos de venezolanos se reunieron en A Coruña en una fiesta organizada en la sala Pantalán de la playa de Oza para rendir homenaje a la Chinita y celebrar el inicio de la Navidad en comunidad. “Al no poder tener a la familia cerca, esta fiesta es algo que nos conecta con los nuestros. Lo celebramos con mucha pasión y nostalgia”, explican en medio de la celebración Gustavo y Mónica, una pareja que lleva siete años viviendo en Sada y que se unen por primera vez a esta celebración en la ciudad.

Gustavo y Mónica, venezolanos residentes en Sada, junto a sus hijos Carlos Pardellas

Entrar en la fiesta es sentirse, de alguna forma, estar de vuelta en Venezuela. Durante el evento no faltó la música tradicional, los bailes, los puestos de platos típicos venezolanos como las arepas o las hallacas o los bazares de ropa y complementos típicos del país. “Este es un punto de encuentro importante para nosotros porque aquí podemos recordar lo que teníamos allá. Con el día a día del trabajo no tenemos oportunidad de vernos y aquí nos reencontramos y celebramos entre abrazos”, celebra Deiglis desde su puesto de voluntarios de los comités venezolanos.

Deiglis, venezolana en A Coruña, acompañada en su puesto en el que recaudan fondos para ayuda humanitaria. Carlos Pardellas

Porque en la Feria de La Chinita quienes siguen en Venezuela están muy presentes para sus compatriotas que se asentaron en A Coruña. “Todo lo que recaudamos aquí va para ayuda humanitaria para Venezuela, así nos ayudamos entre todos”, explica esta venezolana que llegó hace ya dieciséis años a A Coruña. “Estoy enamorada de esta ciudad, me siento como en casa y ya soy una más. Si Venezuela fuera como el país en el que yo nací, no el que dejé, con gusto volvería”, relata. Y es que aquí ha conseguido establecer su vida y la de sus hijos. “A mi hijo me lo traje con dos añitos y ya está en la universidad”, explica.

Noramí, venezolana residente en A Coruña, junto a su gente en su puesto de productos personalizados Carlos Pardellas

Quien llegó hace menos tiempo es Noramí, que se asentó en la ciudad hace poco más de un año, tiempo suficiente para percibir “el cariño y la hospitalidad” de los coruñeses. Esta venezolana aprovecha la versión coruñesa de la Feria de la Chinita para mostrar su talento emprendedor junto a otros compañeros, en su puesto de objetos personalizados. “Aquí podemos disfrutar y compartir en comunidad. En cuanto podemos siempre buscamos ese pedacito de amistades venezolanas para podernos unir y compartir la hermandad y la unión familiar venezolana”, celebra, sin dejar de lado el origen religioso de esta fiesta. “Celebramos a nuestra Chinita en la distancia, tenemos mucha fe en nuestras tradiciones y es una virgen importante que marca el inicio de la Navidad. Cuando el día 18 se ilumina la iglesia y la Chinita sale a dar la bendición a la ciudad, se encienden las luces de la navidad en Venezuela”, relata.

Pero hay quienes ya se han adelantado al inicio de las fiestas. “Nosotros estamos celebrando la Navidad desde octubre y en casa no la sacamos hasta febrero”, comentan Gustavo y Mónica, que alargan la duración de las fiestas por que es algo que les conecta con los sus raíces y con su gente. “La Navidad es parte de lo que significa ser venezolano, una reunión familiar, decorar juntos, comidas tradicionales. Es reencuentro y unión”, declara la pareja mientras festeja la Chinita junto a sus dos hijos.

Jesús, venezolano asentado en A Coruña, acompañado en su puesto de perritos calientes Carlos Pardellas

Entre los puestos de comida se encuentra Jesús, un venezolano residente en A Coruña desde hace siete años que ha emprendido un negocio de perritos calientes hace apenas unos meses frente a la playa de Riazor. “Estamos aquí para compartir en familia, pasarlo bien y recibir la Navidad”, relata mientras prepara perritos para uno de sus clientes. “Perritos hay en todos lados, pero como en Venezuela en ningún sito y en A Coruña gustan mucho”, asegura. Porque a los perritos venezolanos no les falta de nada. “Pónmelo hasta con mal de ojo si quieres”, ha llegado a escuchar.

La Navidad ya se ha encendido oficialmente para la comunidad venezolana asentada en Galicia, deseando que estas fiestas traigan “mucha salud, prosperidad y sea el fin de las guerras, que es lo primordial”, resumen los asistentes a la fiesta.

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