La normativa municipal de patinetes eléctricos de A Coruña prohíbe circular a los “más comunes” hoy en día
Limita la potencia a 250 vatios o menor, modelos que, según los comercializadores coruñeses, ya se ven “muy poco en el mercado” E Los usuarios piden actualizar la norma, que, afirman, está desfasada por el avance tecnológico

Una mujer circula en patinete eléctrico por la calle Orzán. | // IAGO LÓPEZ / Enrique Carballo
El Concello cuenta desde 2020 con una instrucción que regula los vehículos de movilidad personal (VMP), como patinetes, monociclos y segways. Esta norma pone como potencia límite para el motor de los patinetes los 250 vatios, y añade que los que lo excedan “no podrán circular por las vías públicas”. Pero los usuarios señalan que este límite ha quedado desfasado por el avance tecnológico, y desde las tiendas de reparación y venta de estos vehículos de la ciudad lo confirman: según explican desde una de ellas, Pantalla Exprés, actualmente “lo más común está por encima de los 250 vatios”. La Policía Local no está comprobando que los dueños que sobrepasen la norma, pero desde la Asociación Coruñesa de usuarios de Vehículos de Movilidad Personal reclaman que se actualicen los requisitos de los patinetes y otros aparatos similares.
Todas las fuentes profesionales consultadas por este diario coinciden en que buena parte, o la mayoría, de los vehículos que se venden o reparan en la ciudad están por encima del límite teórico. En Ciclotronic, que tiene a la venta vehículos de hasta 2.400 vatios en dos motores y cuenta con taller de reparación, explican que menos de 250 vatios de potencia es “muy poco, para niños”, y que en A Coruña “se está comercializando de todo: de 500, de 800, de 1.000 y de 1.400”. También de 250, pero, indican desde este negocio, hay pocos modelos. Con esa potencia “una bicicleta me parece bien, tiene unos pedales que ayudan a moverse, pero un patinete no: con una persona de 90 o cien kilos no sube las cuestas”.
Lo mismo indican desde Galaxia Electrónica, donde se ocupan de la reparación de patinetes eléctricos, entre otros aparatos. “De 250 vatios hay muy poco en el mercado”, señalan en esta tienda coruñesa y actualmente “casi todo lo que se vende es de 350 en adelante”. El límite máximo que permite la normativa de la ciudad “no te llega para mucho salvo que peses 40 o 50 kilos o en llano: para esta ciudad en complicado”. Desde Pantalla Exprés, donde realizan mantenimiento y reparaciones de la marca Xiaomi, señalan que esta comercializa un modelo “de toda la vida” de 250 vatios, pero que a alguien de “más de ochenta kilos no le va a subir una cuesta”. La misma marca tiene gamas de 300 y de 350 vatios y una con dos motores de 800, y en MediaMarkt se encuentran múltiples modelos que superan la normativa coruñesa.
Para Enrique Fernández, el presidente de la Asociación Coruñesa de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal, es necesaria la “derogación” del anexo técnico de la instrucción municipal que establece estas limitaciones, pues ha quedado “totalmente obsoleto”. “Cuando se hizo la instrucción se hizo copia y pega de la de Sevilla”, que entró en vigor en 2019, y esta, considera Fernández, se realizó teniendo en cuenta parámetros de “hace bastantes años, al inicio de los VMP”. Actualmente, afirma, se piden limitaciones que “ni siquiera se pueden encontrar yendo a una tienda de vehículos usados”, y no “tienen sentido” ya que si se aplican no permiten moverse cómodamente en A Coruña. “No podríamos andar ninguno prácticamente, excepto con un patinete básico-básico, sin poder subir la ronda de Nelle o la avenida de Finisterre”, pone como ejemplo.
El presidente de la agrupación de dueños de vehículos eléctricos afirma desde el Ayuntamiento actualmente “no están cumpliendo” la limitación prevista en al anexo, en el sentido de que no están comprobando los vehículos. “No han parado a nadie pidiéndole nada de vatios, ni voltios, o nada”, defiende más allá de los límites que marca la Dirección General de Tráfico y que “están en vigor en cualquier ciudad de España”. Según explica Fernández, desde su asociación trasladaron quejas sobre los máximos técnicos permitidos al Ayuntamiento y “se nos aceptó de palabra” actualizar los requisitos al alza, pero “querríamos que se plasmara negro sobre blanco”.
El texto que debería establecer una regulación definitiva es la ordenanza de movilidad, una regulación que el Ayuntamiento puso en marcha en el pasado mandato pero que nunca ha llegado a concretarse. Según prometió en 2020 el entonces concejal de Movilidad, Juan Díaz Villoslada, estaría lista para 2021 y, además de los vehículos eléctricos, incluiría otras cuestiones como los carriles bici o las zonas de carga y descarga. El Concello realizó una consulta pública previa, con 320 contribuciones ciudadanas, pero nunca se hizo público un borrador de la ordenanza, que debería pasar por pleno.
El pacto de presupuestos de 2024 firmado entre el Gobierno local y el BNG prevé crear para el próximo año un nuevo plan de movilidad urbana, que sustituya al vigente de 2013, pero no menciona el desarrollo de la ordenanza, tampoco en el apartado dedicado a los acuerdos extrapresupuestarios.
Problemas legales
El Ayuntamiento no ha realizado declaraciones a este diario acerca de las conversaciones con la asociación o de si está fiscalizando a los vehículos que están circulando. Pero fuentes conocedoras del funcionamiento de la Policía Local confirman la versión de los usuarios y explican que “de momento no se está haciendo” un control de los vehículos eléctricos que circulan por las vías coruñesas para comprobar que cumplan los requisitos municipales.
Según señalan, desde el Gobierno local “no se han dado las instrucciones de cómo se tendría que aplicar la norma”. La instrucción municipal de 2020 establece que incumplir las disposiciones es una “infracción administrativa” que puede ser sancionada, pero los policías locales necesitarían órdenes para decidir qué vehículos parar y comprobar, en qué circunstancias y en base a qué parámetros realizar las mediciones.
Las mismas fuentes señalan que aunque no se está aplicando la instrucción esta puede “llevar a un problema” a un vecino que lleve un vehículo de mayor potencia de la permitida y se vea implicado en un accidente en una calle de la ciudad. “Si hay un accidente, se hace un atestado”, explican, y en este se dará parte obligatoriamente de en qué vehículo estaba circulando el implicado y cuál era su potencia, como en otro accidente de tráfico, y quedará atestiguado que estaba circulando en un vehículo prohibido por la vía.
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